Entre lágrimas, pobladores narran las horas más difíciles de las inundaciones en Guantánamo

Subimos los muebles a las mesas, pero fue inútil. El agua lo cubrió todo. Se me mojaron los papeles de la casa, la ropa, hasta la comida se perdió. Ahora no sé qué vamos a hacer


La tragedia golpeó con fuerza a la comunidad de San Antonio del Sur cuando un ciclón azotó la región, causando una penetración del mar de más de un metro y medio. Los residentes de la zona, entre lágrimas, narran las horas de angustia y desesperación que vivieron mientras intentaban salvar lo poco que podían de sus hogares inundados.

En un video enTiktok por El pibe cubano residentes narran los momentos de desesperación vividos.


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"El agua aquí en el cuello", relata un vecino, recordando cómo el nivel del agua subió rápidamente, obligándolos a buscar refugio. "Lo encaramamos arriba de un armario para salvar a tres niños que teníamos allí", añade, describiendo el esfuerzo desesperado para mantener a salvo a los más pequeños.

Otra vecina, con la voz quebrada, comenta cómo fue ver sus pertenencias arrastradas por la corriente. "Se me fue todo. No tuve tiempo ni de sacar los colchones", dice mientras señala lo que queda de su casa. "El mar se metió tan rápido que no nos dio tiempo a nada. Cuando vinimos a ver, ya estaba dentro de la casa".

"Lo más duro fue escuchar a los niños llorando", comparte un padre de familia. "Ellos no entendían qué estaba pasando, solo sabían que el agua nos rodeaba y que todo se estaba mojando. No sabíamos si íbamos a salir de esta".

Una madre narra cómo tuvo que abrazar a sus hijos con fuerza para tranquilizarlos mientras el agua subía. "Les decía que no se preocuparan, que todo iba a pasar pronto, pero por dentro me moría de miedo", confiesa. "Nunca había visto algo así en toda mi vida. El agua se llevó todos los recuerdos, todas las cosas que con tanto esfuerzo habíamos conseguido".

Otro de los vecinos cuenta cómo intentó proteger lo poco que pudo: "Subimos los muebles a las mesas, pero fue inútil. El agua lo cubrió todo. Se me mojaron los papeles de la casa, la ropa, hasta la comida se perdió. Ahora no sé qué vamos a hacer".

Entre la desesperación, también surgen relatos de solidaridad. "Nos ayudamos entre todos, algunos vecinos nos dieron una mano para sacar a los niños de las casas antes de que el agua subiera más", comenta un joven. "A pesar de todo, había gente que no dudó en prestar ayuda, aunque ellos también estaban en la misma situación".

Desde el 20 de octubre de 2024, el paso del huracán Oscar dejó un rastro de destrucción en San Antonio del Sur, en Guantánamo. El fenómeno meteorológico provocó intensas lluvias que derivaron en graves inundaciones, con crecidas repentinas de ríos y desbordamientos que sorprendieron a la población. Muchas familias quedaron atrapadas en sus hogares, donde el agua subió rápidamente, obligándolos a buscar refugio en lugares altos. En varias viviendas, el nivel del agua llegó hasta los techos, y en algunos casos, los residentes tuvieron que escapar por pequeñas aberturas o buscar refugio en las casas de vecinos cercanos. La desesperación de una familia cubana atrapada refleja la angustia vivida en esos momentos.

La situación se agravó debido a un apagón masivo que dejó sin electricidad a gran parte de la región desde días antes de la llegada del huracán. Este corte de luz impidió que muchas familias recibieran información meteorológica y alertas de emergencia a tiempo, aumentando su vulnerabilidad ante la crecida de las aguas. Sin acceso a comunicaciones, los habitantes quedaron aislados y sin la posibilidad de coordinar evacuaciones de manera efectiva. Los rumores sobre la posible ruptura de una presa causaron pánico entre los residentes, quienes, sin información oficial clara, tomaron medidas desesperadas para protegerse, abandonando sus casas y corriendo hacia las montañas.

La respuesta de las autoridades, incluyendo los esfuerzos de evacuación, fue considerada tardía e insuficiente por muchos de los afectados. A pesar de las declaraciones del gobierno sobre la prioridad de la recuperación en Guantánamo, las comunidades locales criticaron la falta de preparación y el escaso apoyo recibido en los momentos más críticos de la emergencia. Las labores de rescate se vieron limitadas por las difíciles condiciones y la escasa comunicación, mientras que las familias intentaban sobreponerse a la pérdida de sus bienes y la incertidumbre sobre el paradero de sus seres queridos.

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