Miguel Díaz-Canel llamó borrachos e indecentes a los cubanos que durante estas jornadas de emergencia energética salieron a las calles a protestar por los apagones y el colapso del sistema electroenergético nacional (SEN).
Lo hizo durante su comparecencia del domingo en el Consejo de Defensa Nacional (CDN), al que asistió vestido de verde olivo y donde también exhibió “mano dura” y vertió claras amenazas de reprimir con todo el peso del Estado totalitario a quienes se manifiesten.
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“Lo único que contrasta con esta determinación de unidad de nuestro pueblo, con estos afanes de -entre todos- superar las adversidades, son algunas personas, un mínimo de personas, la mayoría en estado de embriaguez, que se han comportado de manera… eeeh… indecente”, dijo el gobernante.
Sus declaraciones aludieron a las manifestaciones de protestas protagonizadas por cubanos en distintos puntos del territorio, mayormente desde el sábado, que fue la segunda jornada de apagón total sufrida por los cubanos desde el colapso del SEN el pasado viernes.
La voluntad de denigrar a los cubanos que ejercen su libertad de expresión y manifestación es una constante del régimen cubano, pero resulta más lacerante aun cuando se trata del clamor popular en momentos críticos, cuando la población sufre las consecuencias de la mala gestión y la indolencia de los dirigentes.
La consigna de injuriar a esos cubanos que alzan la voz a pesar de las terribles consecuencias que ese acto conlleva corre entre los dirigentes y ministros de Díaz-Canel. En una comparecencia ante la prensa internacional, el ministro de Energía y Minas, Vicente La O Levy, supuestamente también utilizó los mismos calificativos que el jefe del ejecutivo.
Su comparecencia, que no ha sido divulgada por el Centro de Prensa Internacional (CPI) de la cancillería cubana, estuvieron encaminadas a subrayar que la emergencia energética que enfrenta el país es consecuencia del “bloqueo” estadounidense.
Según reportes en redes sociales, De la O Levy tildó de “indecentes y cobardes” a quienes han expresado su malestar. Esta redacción no ha podido comprobar las palabras que se le atribuyen al ministro, dada la opacidad informativa del CPI.
En cualquier caso, la estrategia de descalificar a quienes protestan y reclaman sus derechos y libertades es clara y tiene un propósito: el de avisar que esos “no son parte del pueblo cubano” (dividir) y que a la llamada “revolución” no le temblará el pulso a la hora de reprimir sus actos (amedrentar).
“Hay toda la disposición y toda la capacidad y todo el despliegue y envergadura de los sistemas que tenemos organizados desde los consejos de defensa desde las organizaciones, del partido, del gobierno de las administraciones para dar la respuesta a la población a cualquier inquietud, siempre que se haga de manera civilizada, de manera organizada y de manera disciplinada”, dijo el domingo Díaz-Canel.
“Pero no vamos a aceptar ni vamos a permitir que nadie actúe provocando hechos vandálicos y mucho menos alterando la tranquilidad ciudadana de nuestro pueblo, y esa es una convicción y ese es un principio de nuestra revolución”, concluyó.
Lejos de conseguir sus objetivos, la narrativa de Palacio y las palabras del gobernante designado por Raúl Castro no hicieron más que exacerbar el malestar de los cubanos, que perciben de forma creciente la incapacidad de quienes les gobiernan, así como su recurrente uso de las amenazas y la violencia para mantenerse de forma ilegítima en el poder.
No es la primera vez que Díaz-Canel llama "indecentes" a los ciudadanos que protestan por los apagones en Cuba. En agosto de 2022, el gobernante cubano se refirió a ellos con el mismo calificativo usado este domingo.
En aquella fecha, en medio de una crisis de prolongados y frecuentes apagones que provocaro protestas en la capital y otras regiones de Cuba, se dirigió a los medios de prensa oficialistas para enviar un mensaje lleno de amenazas e insultos a los manifestantes.
"Toda esta situación ha sido aprovechada por los enemigos de la revolución para crear desaliento, incertidumbre; para hacer convocatorias a hechos vandálicos y de terrorismo, para promover desorden social, alteración del orden y de la tranquilidad ciudadana", dijo.
"Lamentablemente hay personas que con un comportamiento vandálico, bastante indecente, se prestan para esas acciones", añadió el gobernante que, en medio de la crisis actual, esgrime idénticos argumentos.
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