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Un total de 4,2 millones de cubanos, el 37.8 por ciento de los habitantes del país, sufrieron inseguridad alimentaria durante 2023, según una investigación dada a conocer este jueves por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
El desplome de la producción agropecuaria en Cuba en los últimos siete años y su cada vez más creciente dependencia de las importaciones de alimentos, además de la reducción del comercio, de los ingresos del turismo y de las remesas de exterior, han traído como consecuencia que la inseguridad alimentaria golpee a cerca del 40% de la población cubana, según estimó un estudio realizado por un equipo del Servicio de Investigación Económica (ERS) del USDA.
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Basados en el modelo de Evaluación Internacional de la Seguridad Alimentaria (IFSA), los investigadores del USDA concluyeron que, para 2023, la brecha alimentaria media estimada de Cuba era de 225 calorías per cápita al día.
El modelo IFSA define la brecha alimentaria como la diferencia entre la demanda alimentaria proyectada y un umbral calórico de 2,100 kilocalorías per cápita al día.
La medición del estudio arrojó un resultado alarmante: un 12.8% de los cubanos (1,4 millones de personas) no alcanzó el umbral diario de 2,100 calorías per cápita en 2023.
Sin embargo, debido a la incertidumbre respecto a los datos oficiales sobre el cálculo del Producto Interno Bruto (PIB) de Cuba, los investigadores consideraron un escenario con PIB per cápita ajustado (basado en el PIB per cápita medio de la subregión del Caribe) y estimaron que el 37.8 % de la población de Cuba (4,2 millones) habría sufrido inseguridad alimentaria durante el año pasado.
La investigación hace énfasis en la caída estrepitosa de la producción agrícola nacional en Cuba a partir de 2016, lo que ha aumentado su dependencia de las importaciones para cubrir el déficit alimentario, estimado en 41,000 toneladas métricas en 2023.
La producción de granos en Cuba -arroz y maíz, principalmente- ha estado disminuyendo desde 2016, con menos de 400,000 toneladas métricas producidas cada año entre 2020 y 2023, según estimaciones del Servicio Agrícola Exterior del USDA.
Entre los años 2016/17 y 2023/24, la producción anual de arroz de Cuba descendió de 335,000 a 140,000 toneladas métricas, una caída del 58 %; mientras que la de maíz disminuyó de 404,000 a 250,000 toneladas métricas (38 %).
Las exportaciones anuales de azúcar de Cuba -que en el siglo XX constituyeron una importante fuente de divisas que podía financiar las importaciones) se desplomaron de 1,1 millones a 110,000 toneladas métricas (valor bruto), el 90.5 %.
Debido al colapso de la producción agrícola nacional, el gobierno de Cuba ha recurrido a las importaciones para intentar suplir el déficit de alimentos. “Las principales importaciones agrícolas del país son productos básicos, como carne de pollo, trigo y arroz. Esta composición de las importaciones refleja los esfuerzos por cubrir necesidades alimentarias cruciales que no pueden satisfacerse con la producción nacional”, indicó el informe.
Desde la pandemia de coronavirus, la economía de Cuba “ha sido incapaz de lograr una recuperación fuerte y sostenida y sigue enfrentándose a la disminución de los ingresos del turismo, la reducción de la producción agrícola, la escasez de energía y la inflación de dos dígitos”, consideró.
Según el USDA, la continua recesión económica ha limitado la capacidad del país para importar productos agrícolas y reactivar la producción nacional de alimentos, empeorando así la seguridad alimentaria en Cuba.
“Este nivel de inseguridad alimentaria refleja los altos precios internos de los alimentos, que reducen el poder adquisitivo de los hogares, en particular los de menores ingresos, en los que los alimentos representan una mayor proporción del gasto total”, sostiene el estudio.
En este contexto, las exportaciones agrícolas de EE.UU. a Cuba aumentaron en los últimos tres años, pero se concentraron en un solo producto, la carne de pollo.
“Después de que las exportaciones agrícolas estadounidenses a Cuba se desplomaran a 157 millones de dólares en 2020, este comercio repuntó a 299 millones de dólares en 2021, 319 millones de dólares en 2022 y 337 millones de dólares en 2023. La carne de pollo representó el 89.4 % de las exportaciones agrícolas estadounidenses a Cuba” entre 2020 y 2023, señaló el USDA.
La Unión Europea (UE), EE.UU. y Brasil fueron el primer, segundo y tercer proveedor de las importaciones agrícolas de Cuba de 2017 a 2022, respectivamente; mientras que Rusia donó 25,000 toneladas métricas de trigo a Cuba en 2023.
Recientemente, el régimen cubano reconoció que el país ha experimentado una caída significativa en la producción de proteínas, la avicultura y la porcicultura, debido a la falta de insumos, la escasez de combustible y las condiciones climáticas.
El ministro de la Agricultura de Cuba, Ydael Pérez Brito, informó que el país no supera las 200,000 toneladas de alimentos producidos.
El 89 % de las familias cubanas sufren pobreza extrema, reveló el VII Informe sobre el Estado de los Derechos Sociales en Cuba 2024 presentado en julio último por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH). La cifra representa un punto porcentual más que 2023 y un 13 % más que en 2022.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) dio a conocer en junio pasado que el 9% de los niños en Cuba sufre de pobreza alimentaria grave. Esta condición implica que los menores de edad solo disponen de un máximo de dos de los ocho alimentos esenciales para una vida saludable.
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