Alguien se equivocó. O la prensa oficialista, o la Corporación Habanos S.A., pero la “cifra récord” de ventas alcanzada en 2024 por esta empresa coincide exactamente con la reportada en 2023. En todo caso, el régimen lo celebró como agua de mayo en medio de la sequía de divisas que atraviesa.
A finales de febrero, durante la apertura del XXIV Festival Internacional del Habano, la Corporación Habanos S.A. anunció una facturación histórica de 721 millones de dólares en el año 2023, superando los resultados del año anterior.
El incremento del 31% en los ingresos respecto a 2022 reflejó, según la empresa, el continuo crecimiento y la solidez de la marca a nivel global.
En 2022 la facturación de la Corporación, subsidiaria del Grupo Empresarial Tabacuba que dirige el antaño zar de las reformas económicas del régimen, Marino Alberto Murillo Jorge, ascendió a unos 497 millones.
Resulta llamativo que al celebrar su aniversario 30, la Corporación Habanos S.A. conceda una entrevista a la Agencia Cubana de Noticias (ACN) en la que destaque que alcanzó una cifra récord de ingresos de 721 millones de dólares en 2024, la misma que anunciaron en el XXIV Festival Internacional del Habano como alcanzada en 2023.
Alguien ha cometido un error en esta “buena noticia” de la que se hace eco toda la prensa oficialista en momentos de extrema gravedad de la crisis económica. No es un récord si ya se alcanzó antes; o lo es, pero no del año en curso.
Sea como sea, las cuentas de resultados de la Corporación Habanos S.A. adolecen del mismo mal que toda la información financiera de las empresas bajo control del Estado comunista, sobre todo aquellas que generan divisas y que, a pesar de su participación pública, llevan una contabilidad opaca que impide a los ciudadanos seguir el rastro de su dinero.
Porque eso es lo que implica el término de “empresa pública”, o con “participación pública”: que se nutre de los presupuestos del Estado, o sea, del dinero que no se destina luego a otras inversiones públicas, como hospitales, escuelas o transporte.
Murillo Jorge estará feliz con los resultados de la empresa que controla la promoción, distribución, y exportación de los cigarros y otros productos derivados del tabaco a nivel mundial en el grupo empresarial que dirige.
Salvo los 17.8 millones de euros provenientes de la Subasta de Humidores de la XXIV edición del Festival del Habano, que la Presidencia de Cuba afirma se destinan al Sistema Nacional de Salud Pública, nada se sabe del destino de los 700 millones de dólares restantes
El Grupo Empresarial Tabacuba está integrado por unas 40 empresas estatales, tres mixtas (Habanos, S.A; Internacional Cubana de Tabacos; S.A. y Brascuba Cigarrillos, S.A.), una sociedad mercantil 100% cubana, Tabagest S.A. y un instituto de investigaciones con tres estaciones experimentales en tres zonas tabacaleras del país.
En marzo, el gobernante Miguel Díaz-Canel firmaba el lujoso humidor de Cohiba que se vendió por casi cinco millones de dólares en la subasta que recaudó 17.8 millones de euros destinados a la "salud pública" cubana.
Un mes antes, en Hoyos de Monterrey, un tabacalero reconocía a la Televisión Cubana que la finca que trabajó su padre toda su vida, y que seguía trabajando él, era propiedad "del gobierno".
Tabacuba tiene mucho que explicar, y no son solamente sus "cuentas de resultados". Atropellos, corrupción, latrocinio... El mejor tabaco del mundo se produce con trabajadores descontentos y mal pagados, en condiciones de semiesclavitud que no se vieron ni en los peores momentos de los tiempos republicanos.
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