En medio de la severa crisis habitacional que enfrenta Cuba, donde acceder a una vivienda adecuada es un desafío para la mayoría de los trabajadores, se han puesto en venta dos apartamentos en planta baja, ubicados en El Vedado, una de las zonas más cotizadas de La Habana.
Sin embargo, los precios de estas propiedades, aunque atractivos para inversionistas, se mantienen fuera del alcance de la mayoría de los cubanos, cuyo salario promedio mensual ronda los 4,000 pesos cubanos, aproximadamente 25 dólares al cambio actual.
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Apartamento en planta baja en El Vedado, cerca de Paseo y Zapata
Este apartamento, ubicado en una edificación de tres plantas de la década de 1940, salió al mercado inmobiliario con un precio de 22,000 dólares, lo que lo convierte en una inversión considerablemente alta para un cubano promedio.
Tiene una superficie de 200 m² y cuenta con un jardín delantero y un garaje con doble entrada (una por la calle 27 y otra por Zapata), esta propiedad resulta ideal para aquellos interesados en montar un negocio o utilizarlo como local comercial, dadas sus dimensiones y accesibilidad.
Apartamento en el Vedado, cerca de 23 y G
El segundo apartamento, de 90 m², tiene un precio de 30,000 dólares. Situado cerca de la transitada esquina de 23 y G, en el corazón de El Vedado.
Es una excelente opción para quienes busquen un espacio de negocio en una zona de alto tráfico peatonal y vehicular. Al igual que la primera opción, su precio lo hace inalcanzable para gran parte de la población cubana, pero atractivo para inversionistas o personas con acceso a remesas del exterior.
Crisis de la vivienda y mercado inmobiliario en Cuba
La venta de estas propiedades en planta baja, que podrían adaptarse para uso comercial, se produce en un contexto en el que el sector inmobiliario en Cuba tiene una gran demanda y poca oferta.
Los altos costos de las propiedades dificultan el acceso a la vivienda propia para la mayoría de los cubanos.
Mientras que el salario promedio mensual es extremadamente bajo en comparación con los precios del mercado inmobiliario, muchos compradores dependen de remesas enviadas desde el exterior o inversiones extranjeras para adquirir propiedades en la isla.
Esta situación ha creado una dualidad en el mercado, donde solo un pequeño sector de la población tiene acceso a estas oportunidades.
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