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Reynier Hidalgo González, un cubano residente en Báguano, Holguín, lanzó este miércoles un desesperado llamado de auxilio ante la crítica situación que enfrenta debido a su enfermedad y la falta de atención médica, agravada por la escasez de alimentos básicos, lo que ha provocado un grave deterioro en su salud.
En Facebook, Hidalgo responsabilizó al régimen cubano de su estado actual de salud: “Sepan todos que si muero de anemia, la culpa solo la tendrá el gobierno, porque para los hoteles y para los turistas, sí hay muy buenos alimentos, pero para las personas que reciben asistencia social, no hay prácticamente nada”, denunció.
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El joven de 30 años señaló que con los 2,600 pesos que recibe mensualmente solo puede comprar lo poco que llega a la bodega, la cual compara con un desierto por su falta de productos esenciales.
En un comentario, el cubano explicó que sufre de artritis, psoriasis “y para colmo un lupus se me ha desarrollado por los efectos adversos de los medicamentos que tomo para las dos enfermedades anteriores”.
Hidalgo describió el sufrimiento que atraviesa no solo por su enfermedad, sino también por la desesperación de ver cómo la falta de alimentos y medicamentos agrava su condición: “El gobierno no es capaz de surtir la bodega de lo indispensable para una alimentación adecuada, lo que empeora aún más mi martirio”, lamentó.
Apuntó que desde los 21 años después de haber salido del servicio militar, “fue que mi vida se convirtió en sufrimiento y dolor, un dolor crónico que solo lo calma un poco los analgésicos”.
“Y para colmo ahora el gobierno nos deja con el más bajo de los salarios frente al valor tan alto de los alimentos”, lamentó el joven.
A pesar de la gravedad de su situación, Hidalgo dijo que luchará por sobrevivir: “No voy a desistir hasta el último aliento que me quede en tratar de que alguna de mis publicaciones llegue hasta alguien que nos pueda ayudar, porque vuelvo y repito, no quiero morir”.
Su historia pone de relieve la dura realidad que enfrentan muchos cubanos en medio de la crisis económica y social que atraviesa el país, donde las necesidades básicas, como la salud y la alimentación, parecen ser inaccesibles para los más vulnerables.
Recientemente, el campesino Delio Ramírez Rosales utilizó sus redes sociales para denunciar la mala alimentación que sufren los cubanos y puso de ejemplo el plato de comida que “degustó” y por el que agradeció a Dios.
La raspa de arroz, ese arroz quemado del fondo de la cazuela (al que muchos hambrientos cubanos hemos sido aficionados), fue el “manjar que degustó” Ramírez Rosales antes de irse a la cama temprano para amanecer nuevamente en el surco.
“Yo trabajo como animal de sol a sol, y algunas veces me las veo fea. Hoy me tocó comer raspa de arroz a secas. Quise acompañarla con agua con azúcar y, cuando revisé, no tenía azúcar… Y le di gracias a Dios por la raspa”, dijo el campesino en Facebook.
Y en medio de ese panorama, el régimen anunció que en septiembre persistirá la escasez de los productos normados por la libreta de racionamiento.
Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior, en Cuba explicó a los medios oficialistas que “no tenemos previsto para el mes de septiembre, como no hubo en agosto, ni aceite, ni café”.
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