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La usuaria de Facebook Laury Alma, denunció un caso de explotación infantil que presenció en la Plaza Vieja de La Habana recientemente.
Relata que en tres ocasiones consecutivas, en horarios del día y la noche, una niña la siguió insistentemente pidiendo dinero, alegando que era para comer. A cierta distancia, el padre de la pequeña observaba la situación mientras bebía. Luego el hombre reprendió a la menor por no conseguir el dinero.
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Laury Alma describió a la niña como "súper intensa", persistente y detalló que al no recibir dinero, comenzó a insultar a los transeúntes con palabras vulgares, lo que acrecentó la frustración y desesperanza ante el complejo caso de explotación infantil.
"¿Qué futuro tienen esos niños? ¿Por qué no hay leyes que protejan a los niños de esa explotación en Cuba? ¿Cómo encaminar la conducta de niños que crecen en esas condiciones?", se preguntó Laury y aseguró que "cada día esto está peor".
La situación que denuncia es un reflejo de la crisis profunda que atraviesa Cuba, donde la pobreza, la falta de recursos y la pérdida de valores están afectando gravemente a las generaciones más jóvenes.
La situación es tan grave que este verano, por primera vez, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) incluyó a Cuba en su evaluación sobre la nutrición infantil, destacando que el 9% de los niños en la isla sufren pobreza alimentaria grave.
Esto significa que los niños cubanos solo tienen acceso a un máximo de dos, de los ocho alimentos esenciales para una vida saludable.
La desesperación de las familias, que no pueden satisfacer las necesidades básicas de sus hijos, lleva a situaciones como la utilizar a los niños para mendigar. Se pueden encontrar casos tanto en la capital como en otras ciudades del país.
Mientras esto ocurre en las calles de La Habana Vieja, en otra zona de la ciudad, El Vedado, el régimen cubano impulsa sus políticas de adoctrinamiento a las nuevas generaciones.
En fechas cercanas al natalicio de Fidel Castro, el Centro dedicado a estudiar su vida y obra, abrió las puertas para impartir un taller de museografía dirigido al público infantil. Los pequeños fueron por unas horas los guías del museo, presentando a los visitantes (sus padres) las exposiciones relacionadas con el dictador.
La denuncia de Laury Alma y el caso del taller del Centro Fidel Castro, son reflejos de las profundas contradicciones que atraviesa Cuba en el tratamiento de los programas de protección de la infancia.
Mientras en unas zonas del país los niños son explotados y sometidos a la pobreza extrema, en otras son adoctrinados para exaltar la figura de un líder comunista, símbolo del régimen que perpetúa su sufrimiento.
Esta situación deja en el aire mucha incertidumbre sobre el futuro de los niños cubanos y evidencia la poca atención que está poniendo el Estado en la protección y el desarrollo de las nuevas generaciones.
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