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Uruguay registró el pasado año un total de 208 víctimas de trata de personas, de las cuales 169 eran menores de edad y migrantes cubanas, según un informe publicado por el gobierno estadounidense y confirmado por fuentes locales.
Entre las víctimas se encontraban uruguayas, argentinas, colombianas, nicaragüenses y cubanas, cuya presencia ha crecido en la nación sudamericana en el contexto de la crisis migratoria en la isla caribeña, citó el diario nacional El País.
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En el marco del Día Mundial Contra la Trata de Personas, la asociación Agenda de Derechos, en conjunto con la Embajada de México, organizó un conversatorio para abordar la situación en Uruguay.
La presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Mónica Bottero, subrayó que Uruguay se ha convertido en un país de origen y tránsito para la trata de personas.
"En los noventa éramos más un país de recepción, hoy también somos de origen y tránsito," afirmó.
El informe revela un preocupante aumento en la cantidad de tratantes condenados, con 35 condenas en 2023, casi el triple en comparación con las 13 de 2022. Pese a estos avances, persisten serios desafíos en la lucha contra la trata de personas, señalaron.
El informe destacó que entre las víctimas de trata se encontraban varios cubanos, quienes han sido atraídos por falsas promesas de empleo y mejores oportunidades.
Las duras condiciones en Cuba, incluyendo la falta de libertades y oportunidades económicas, continúan impulsando a muchos a buscar una salida desesperada hacia otros países, incluyendo Uruguay, donde la el 20 por ciento de la población migrante procede de la isla.
Ya en 2020 se veían casos de trata de cubanas. En ese año las autoridades policiales de Uruguay desarticularon una red que explotaba sexualmente a mujeres cubanas en ese país suramericano.
Mariela Solari, directora de la Unidad de Víctimas y Testigos de la Fiscalía, destacó las "mutaciones" en las modalidades de estos delitos, subrayando que las organizaciones criminales se adaptan rápidamente, lo que dificulta la persecución efectiva. "Parece que siempre vamos corriendo de atrás," afirmó Solari.
Mariana Kiefer, Jefa en Uruguay de la Oficina para Drogas y Delitos de Naciones Unidas (Unodc), destacó el uso de las tecnologías por parte de los delincuentes para captar víctimas.
"Creemos que están seguros porque están en su cuarto, pero pueden estar hablando con personas de cualquier parte del mundo," explicó.
Un informe reciente del gobierno estadounidense indica que Uruguay "no cumple totalmente con las normas mínimas para la eliminación de la trata de personas, pero está tomando importantes medidas para lograrlo."
El país se encuentra en la Lista de vigilancia de nivel 2. Entre los avances se destacan una mayor investigación de presuntos tratantes y el aumento de fondos para servicios a víctimas.
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