Dianelis Gil es madre de un adolescente de 18 años con autismo y a la vez es una empresaria cubana que tiene su negocio abierto en Hialeah (Florida) desde hace seis años. La Guajira Pizzería da empleo a 11 personas y abre las 24 horas. Para ella no es sólo el sustento de su familia sino también motivo de satisfacción. Ser mujer y emprendedora no es fácil, pero ella asegura que a pesar de las noches de llanto y de desvelo, "es muy difícil, pero sí se puede".
Y eso es posible, añade, porque el límite está en la cabeza de quien lo tiene. Ahora en sus planes no entra abrir más locales ni diversificar el negocio, sino mantener el empleo para los 11 trabajadores que tiene a su cargo. El 95% de ellos apenas llevan uno o dos años en Estados Unidos y para ella es importante, como empresaria, darles seguridad, incluso cuando el trabajo flojea.
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Por eso en estos momentos no se le pasa por la cabeza enredarse en ampliar el negocio que ya ha crecido porque antes abría sólo hasta las nueve de la noche; después hasta las dos de la madrugada y ahora las 24 horas.
Natural de Real Campiña, en Cienfuegos, Dianelis Gil está orgullosa de sus orígenes y de la educación que recibió. Además, está muy comprometida con la comunidad y la escuela de su hijo y en su negocio hace promociones para niños y también cocina para ellos.
Como madre, no escapa a la culpa que se siente cuando se deja en casa a su hijo para ir a trabajar. Esa culpa, confiesa ella, la siente todos los días.
A la pregunta de qué le recomienda a las madres de niños con Trastorno del Espectro Autista, Dianelis Gil aconseja que además de cuidar de su hijo, no abandonen sus sueños. Si les gusta hacer pelo, cocinar o cualquier otra cosa, deben seguir adelante porque ellos necesitan que sus madres estén fuertes a su lado.
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