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Los estudios Cuba: totalitarismo y haitinización y 'El totalitarismo en Cuba', firmados por Agustín Pantoja, identifican la propiedad estatal como el factor clave en un proceso de retroceso histórico que él ha llamado de haitinización cubana. Pantoja es el nombre ficticio de un colaborador del laboratorio de ideas Cuba Siglo XXI, que oculta su identidad al estar residiendo en la Isla. La publicación de estos ensayos con su verdadero nombre lo condenaría, aclaran desde el 'think tank' , a años de cárcel, según las leyes vigentes.
Sobre la haitinización, el autor viene a explicar cómo es posible que dos países distintos (Cuba y Haití) hayan llegado al mismo punto por caminos diferentes. En el caso de la Isla esa haitinización se nota, explica Pantoja, en el aumento de las desigualdades, en el hecho de que ciudades que fueron prósperas, como La Habana, hoy estén en ruinas, con las calles abarrotadas de basura porque la recogida no funciona, hospitales y escuelas en condiciones deplorables, personas mayores hurgando en los vertederos, derrumbe de viviendas, crisis del transporte, precios por las nubes, éxodo masivo y un Estado incapaz de satisfacer las necesidades de la población.
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"El Gobierno revolucionario desmontó la sociedad civil, erradicó la propiedad privada, suprimió las libertades, implantó un sistema totalitario con el que desapareció el ciudadano, agente activo e imprescindible para el progreso social" y de ahí a la haitinización ha sido cuestión de tiempo.
En su informe sobre el totalitarismo, este historiador, analista político y periodista independiente, explica tres factores que, en su opinión, definen el sistema totalitario cubano: la aniquilación de la propiedad privada, la corrupción y el éxodo masivo. Además, defiende que la "estatización de la propiedad" ha llevado al país a una crisis "multisistémica", que ha arrastrado a la pobreza al 80% de la población cubana.
El ensayista sitúa entre las fechas claves de la haitinización de Cuba, el año 1959, cuando se aprobó la primera Reforma Agraria, en mayo de ese año, que entregó tierras a 100.000 arrendatarios, aparceros y precaristas, pero dejó en manos del Estado el 40% de los terrenos confiscados a los propietarios con extensiones por encima de las 30 caballerías (402 hectáreas).
Más tarde, en 1960, se llevó a cabo la expropiación de 381 grandes empresas que estaban a nombre de personas físicas o jurídicas residentes en Estados Unidos y la nacionalización de todos los bancos privados con sede en Cuba. En 1963, con la segunda Ley de Reforma Agraria, el 70% de la tierra pasó a manos del Estado, tras nacionalizarse las fincas mayores de cinco caballerías.
En 1968 se liquidaron 55.000 pequeñas y medianas empresas que estaban gestionadas por cubanos y con esto los comunistas dejaron claro que el fin último era la estatización de la economía. En esa línea, en 1975 el Estado se hizo con el 75% de las mejores tierras del país, so pretexto de iniciar un proceso de cooperativización mediante el cual las tierras que estaban en manos de propietarios privados pasaron a ser cooperativas.
El autor destaca el año 1978, con la creación de la red de empresas Cimex S.A., en Panamá, como el momento en que se aprueban las bases para la transformación posterior del Estado en un "Estado mafioso". Esta situación se mantuvo durante 30 años hasta que en 2008, Raúl Castro tomó el control del país y nace Gaesa, bajo el mando de Luis Alberto López-Calleja, que se apropia, en nombre del Estado, de los sectores más lucrativos del país. En 2022, Gaesa controlaba el 70% de la economía y el 95% de las finanzas de Cuba.
Pantoja no se anda con rodeos y concluye que la estatización de la propiedad condujo a la Isla a la ruina. "En 2022 Cuba produjo 460.000 toneladas de azúcar: una cifra menor a la alcanzada en 1861. La otrora mayor productora de azúcar del mundo, hoy la importa".
Corrupción y éxodo
Otro factor clave en el empobrecimiento de Cuba ha sido la corrupción "convertida en política de Estado por el totalitarismo cubano para someter a los funcionarios y mantenerlos fieles". La solución, según el autor del informe sobre totalitarismo, pasa por "reconocer al Estado totalitario como causante principal de la corrupción generalizada, restablecer las libertades ciudadanas, descentralizar la economía, y permitir la formación de una clase productiva nacional".
Por último, el éxodo masivo que el ensayista atribuye a una causa interna: el modelo totalitario que genera pobreza y ésta pierde presión a través de la emigración que empezó en los años 60 y que ha ido a más. En los dos últimos años más de medio millón de cubanos llegaron a Estados Unidos.
Para el autor del estudio, "el colapso del régimen totalitario cubano es un hecho. El intento de solución a la crisis cubana mediante cambios de líderes o cualquier otro cambio cosmético es insuficiente. La experiencia del último siglo demuestra que, en Cuba, tanto por su historia como por su cultura y su estado actual, cualquier solución a la crisis actual, requiere de cambios estructurales".
No obstante considera "debatible" la forma (pacífica o violenta) en la que se producirá ese cambio. En este sentido, ve "esperanzador" un movimiento social por Las 5 libertades contra el totalitarismo, que propone acabar con la represión, el destierro, la censura, liberar las fuerzas productivas y dar la libertad de asociación.
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