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La famosa diseñadora colombiana Nancy González fue condenada a 18 meses de prisión en Florida, Estados Unidos, por importar bolsos elaborados con pieles de animales protegidos.
Durante una audiencia en Miami, González, conocida por sus exclusivos diseños utilizados por celebridades como Salma Hayek y Victoria Beckham, admitió haber contrabandeado bolsos fabricados con pieles de caimán y pitón desde Colombia.
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Esos animales están protegidos por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), acuerdo internacional al que tanto Estados Unidos como Colombia están adheridos.
González, de 71 años, fue extraditada a Estados Unidos en agosto de 2023, después de su arresto en julio del año anterior en Cali, Colombia.
Antes de su sentencia, la diseñadora cumplió 14 meses en prisión por estos cargos. Se le acusa de haber organizado una red que involucraba a amigos, familiares y empleados de su empresa de manufactura en Colombia para que transportaran los bolsos de manera clandestina.
Una vez en Estados Unidos, los bolsos eran entregados a su sala de exposición en Manhattan, Nueva York, donde eran vendidos a boutiques de lujo. Estos eventos ocurrieron entre febrero de 2016 y abril de 2019.
La diseñadora fue cliente de tiendas prestigiosas como Bergdorf Goodman y otras 300 boutiques de alto nivel. Los bolsos "Nancy González" se vendían por más de 2.000 dólares cada uno, eran un símbolo de estatus y lujo.
En la audiencia, la defensa de González solicitó al juez Robert N. Scola que considerara su condena como ya cumplida, dada su edad y el tiempo que había pasado en prisión.
Presentaron a González como una madre divorciada y empresaria que se enfrentó a gigantes de la industria de la moda, destacando su éxito y las adversidades superadas.
Sin embargo, la fiscalía refutó estos argumentos, sosteniendo que González estaba plenamente consciente de sus acciones ilegales, las cuales beneficiaban directamente a su empresa.
Antes de recibir su sentencia, la diseñadora ofreció una disculpa emocionada al pueblo y al gobierno de Estados Unidos, expresando su remordimiento y explicando que las decisiones que tomó fueron bajo presión.
Esta sentencia destaca las serias consecuencias de violar las regulaciones internacionales de protección de especies y resalta los esfuerzos de las autoridades por combatir el tráfico ilegal de vida silvestre.
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