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El Grupo Empresarial Correos de Cuba (GECC) dijo que realiza un ambicioso proceso inversionista destinado a la automatización y transformación digital de sus operaciones.
La inversión del estado está dirigida a mejorar la automatización y transformación digital de las operaciones en las plantas de procesamiento de envíos internacionales que tramita la Empresa de Mensajería y Cambio Internacional (EMCI).
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Esta promesa de modernización surge en un contexto de prolongadas críticas por incumplimientos de plazos de entrega de la paquetería en Cuba, lentitud en el servicio, y problemas de seguridad que incluyen robos y pérdidas de bultos postales, además de reportes de entregas a destinatarios incorrectos.
La Ministra de Comunicaciones, Mayra Arevich Marín, destacó la urgencia de mejorar la eficiencia y calidad en la gestión de envíos internacionales.
A pesar de su discurso optimista sobre los avances tecnológicos, la realidad diaria de los usuarios de Correos de Cuba cuenta una historia diferente, una marcada por la frustración y la desconfianza hacia el servicio postal nacional.
Durante una reciente visita a la Oficina de Cambio Internacional (OCI) en La Habana, Arevich reconoció que para el país es fundamental poner en marcha la nueva planta de procesamiento de bultos postales cuanto antes.
Insiste en la capacitación y en la adquisición de competencias por parte de los empleados, pero mientras eso llega, los ciudadanos siguen esperando resultados tangibles que reflejen un verdadero cambio en la eficacia y seguridad de los servicios ofrecidos.
La ministra hizo énfasis en la necesidad de promover los servicios financieros y de comercio electrónico, en un intento por diversificar las ofertas y mejorar el posicionamiento del GECC en el mercado.
Sin embargo, sin una mejora real en la infraestructura básica del servicio postal, estas iniciativas podrían no ser suficientes para restaurar la confianza de la población en un sistema plagado de irregularidades y quejas constantes.
Este panorama pone de manifiesto la brecha entre las promesas de modernización y la eficacia real del sistema postal de Cuba, dejando a los usuarios en espera de mejoras que aseguren un servicio acorde a las necesidades del siglo XXI.
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