Una anciana cubana que reside en condiciones de extrema pobreza junto a su esposo en Escondida, un poblado rural a 90 kilómetros de Holguín, admitió en conversación con Norge Ernesto Díaz Blak (Noly Blak) que estaba mareada porque tenía hambre.
El activista social -que acostumbra a ayudar a personas en su provincia gracias a personas solidarias que hacen donaciones- explicó en un video difundido en Facebook que había visitado la vivienda porque varios choferes que circulan por esa zona le habían comentado de las penosas condiciones en que subsisten los abuelitos.
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La anciana precisó que su marido no estaba en casa porque estaba trabajando. Asombrado de que el anciano todavía trabajara, la mujer replicó.
“Él trabaja y ¿qué va a hacer, mijo? La chequera que nos dan no alcanza ni para empezar”, apuntó.
La anciana mostró el interior de la vivienda, un lugar sin las condiciones mínimas para vivir. Duermen en un colchón hecho de paja y sacos y dijo que no tiende la cama porque no tiene sábanas.
Tampoco disponen de un baño, lo que los obliga a utilizar un orinal o hacer sus necesidades fisiológicas donde aparezca.
Noly Blak pidió ayuda a sus seguidores para hacerle llegar a la pareja de ancianos algunos alimentos y otras ayudas que mejoren, aunque sea mínimamente, las penosas condiciones en que la pareja subsiste.
El activista difundió dos cuentas, una en pesos cubanos (CUP 9238 1299 7534 1985) y otra en Moneda Libremente Convertible (MLC 9235 1299 7681 5824). El número para confirmar es el 53082732.
Noly Blak pidió, además, que quienes deseen ayudar recuerden dejar su nombre en privado para la lista que publica en agradecimiento a los donantes.
La publicación, hecha el pasado 12 de febrero, cuenta hasta el momento con más de 14 mil reacciones y 1,300 comentarios, lo que da cuenta de lo mucho que el tema toca el corazón de miles de cubanos.
En fechas reciente el régimen cubano reconoció que 1,236 comunidades en Cuba viven en la miseria. Así lo admitió la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera ante Miguel Díaz-Canel durante encuentro de trabajo en el que aseguró que el 96% de los problemas relacionados con esa extrema pobreza en el país están "en proceso de transformación integral", justo cuando Cuba atraviesa una de las peores crisis económicas de su historia.
Paralelamente, en redes sociales cada vez más cubanos han hecho notar la gravedad del fenómeno de la mendicidad, especialmente entre personas de la tercera edad, una realidad que durante décadas el régimen aseguró que no se podía encontrar en las calles del país.
En los últimos meses se han disparado los reportes e imágenes en redes sociales de ancianos cubanos que salen a las calles a tratar de encontrar qué comer, ya que en sus casas no tienen absolutamente nada.
A mediados de enero una joven cubana recurrió a Facebook para visibilizar el caso de un anciano de 75 años que tocó la puerta de su casa para pedir algo de comer pues, según le dijo el adulto mayor, hacía dos días no comía nada.
“El hambre está acabando conmigo”, admitió en septiembre del pasado año otro anciano de 89 años en sobrecogedoras declaraciones al medio independiente Cubanet.
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