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El exlocutor cubano Alejandro Quintana Morales llegó a Estados Unidos hace dos años y ya logró despedirse de su "transportation" para comenzar a disfrutar de una mejor experiencia de conducción.
Alejandro vive en Miami desde el 2022. Pisó tierra estadounidense con deseos de libertad y un propósito claro: triunfar en el país de las oportunidades.
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Este joven era muy conocido por su desempeño como presentador en la televisión y la radio de Cuba. Recientemente confirmó en sus redes sociales que se siente feliz por las cosas que ha logrado trabajando duro en Estados Unidos.
"Le dije adiós a mi carro viejo, a mi 'transportation'. Hace dos años comencé mi viaje por este país con un fiel compañero, mi Chevrolet Malibu, con pocas fuerzas y algunas heridas, me ayudó a avanzar y a lograr metas. Con este mensaje te quiero decir, sí se puede", dijo el joven cubano a sus seguidores en Instagram.
Compartió imágenes de dos momentos de su vida y mostró el regocijo que se siente al lograr las cosas con esfuerzos propios.
"Este Toyota será mi nuevo partner de viajes. No se lo debo a nadie. Es mío y lo pagué con mi esfuerzo y la disciplina financiera que debemos entender en este país. Con esto también te quiero decir que ahorrar y planificarte es el camino en el país de las oportunidades", comentó.
En las redes sociales muchos cubanos recién llegados a Miami y otras ciudades estadounidenses se quejan de que no logran ahorrar o de tener trabajos que los consumen, y no les permiten disfrutar a plenitud, como ellos desean.
Alejandro intenta mostrar que su perseverancia y dedicación son lo que le han permitido lograr las metas que se ha propuesto y quiere que su ejemplo sirva a otros cubanos que día a día luchan por alcanzar sus sueños en Estados Unidos.
La mezcla de nostalgia y felicidad que le invadía al despedirse de su fiel carrito se debe a que no sólo era un adiós, sino también un símbolo de su progreso y esfuerzo.
La llegada a Miami no solo le presentó nuevos desafíos a Alejandro, sino también la oportunidad de reunirse con parte de su familia y el espacio para expresarse libremente, algo que no tenía en Cuba.
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