Exatleta cubana Lisandra Torres: De medallista en Panamericanos a migrante en Tapachula

Una entrevista a Lisandra Torres reclamando ayuda al gobierno cubano por las condiciones en que vivía se hizo viral en 2019.


Este artículo es de hace 1 año

El drama de Lisandra Torres Castillo, una exatleta cubana de alto rendimiento de canotaje de velocidad, se viralizó en 2019 cuando una entrevista concedida a Cubanet puso al descubierto su caso: madre soltera que vivía con su bebé, su abuela y su hermano en una casa en muy malas condiciones.

En esa oportunidad la joven denunció que desde 2016 había solicitado a las autoridades del gobierno en Ciefuegos y del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) que la ayudaran a tener una vivienda digna.


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“Cuando se me hizo la entrevista que se viralizó, nunca fui visitada por las autoridades del país. Nunca recibí ningún tipo de ayuda por parte de alguna organización. Con respecto al INDER, lo único que me supieron decir fue que había que tener valores y principios”, contó Torres Castillo en recientes declaraciones concedidas al citado medio, pero ahora desde un entorno muy diferente: Tapachula.

Aquella entrevista no le propició el apoyo del INDER, pero sí la solidaridad de muchas que personas que la apoyaron económicamente. Una de ellas fue un venezolano con el que la joven inició una relación sentimental.

Salió de Cuba en diciembre del 2019 en un largo periplo: Habana-Panamá, Panamá-Barbados, Barbados-San Vicente y las Granadinas. Una vez reunida con su novio, ambos viajaron hacia Venezuela, país donde nació la segunda hija de Lisandra.

Sin embargo, todo se complicó cuando el padre de su hija las abandonó, debiendo dos meses de alquiler y no teniendo ni para comer.

En ese momento la joven consiguió nuevamente apoyo económico que a largo plazo la ayudó a afrontar el reto de una travesía por Centroamérica hasta la frontera sur de Estados Unidos.

Como parte de la ruta migratoria por Centroamérica, que inició en abril de este año, Lisandra cruzó la peligrosa selva del Darién junto a su hija pequeña.

Una vez en Panamá, se alojó en el campamento de la ONU. Luego vino una travesía por varios países, marcada por grandes dificultades que de momento ha sabido vencer.

“Y hasta el sol de hoy, aquí estamos en Tapachula, esperando el tema económico para seguir avanzando hacia Ciudad de México que es donde hay que estar para pedir la cita del CBP One”, comenta esperanzada la joven, quien una vez más apela a la solidaridad para poder seguir adelante.

Cuando alcance su meta, su propósito es ayudar a su hija en Cuba, a quien no ve hace cuatro años. La niña es asmática crónica y además sufre de una malformación congénita en un riñón.

Como tantos cubanos, Lisandra Torres Castillo sueña con un futuro mejor, que le permita dejar atrás los duros momentos que ha atravesado.

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