Entrenador Ismael Salas: "Los dirigentes del boxeo cubano usan sus talentos y cuando ya no les sirven los desechan"

"Tengo una nueva generación que viene muy bien: Kevin el Alfa, Yoelvis Gómez, el hijo del gran José Gómez, Yojanler Martínez son tres de ellos"

Ismael Salas, dueño de Salas Boxing Academy © Cortesía del entrevistado
Ismael Salas, dueño de Salas Boxing Academy Foto © Cortesía del entrevistado

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Este artículo es de hace 1 año

Veintiséis púgiles, de ellos dos muchachas, forman parte de Salas Boxing Academy, prestigioso gimnasio cuyo dueño y principal entrenador es el guantanamero Ismael Antonio Salas.

Al entrar a la instalación, ubicada en el corazón de Las Vegas, Estados Unidos, se respira un rico ambiente de fraternidad, amistad, algo que emana del propio Salas.


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Este cubano rellollo, nacido hace 66 años en tierras del Guaso, es un trabajador incansable, que hace “80 sparrings diarios”. ¿Desde cuándo estás en este país, cuándo abriste la Academia?

Primero estuve en Miami donde fundé mi propio gimnasio pero la Ciudad del Sol es demasiado buena, mucho entretenimiento; en Las Vegas lo hay pero resulta caro para los muchachos que quieren llegar y los que llegan, tratan de preservarse.

Salas Boxing Academy / Cortesía Ismael Salas

En Miami entrené a Guillermo Rigondeaux y al turco Selcuk Aidin, ambos campeones mundiales del profesionalismo. De ese grupo aún tengo un monarca vigente, el nipón Kazuto Ioka, campeón en cuatro divisiones: 105, 108, 112 y 115 libras. A Ioka lo llevé siete veces a ganar el campeonato nacional amateur de Japón y después, a imponerse en el profesionalismo.

Hace 15 años radico en Las Vegas, donde creé mi academia de la que han salido varios campeones mundiales del boxeo profesional, entre ellos Robeisy Ramírez, Erislandy Lara, Yordenis Ugás, el británico Joe Joyce, el japonés Kazuto Ioka y el cubano americano Brian Mendoza.

En estos momentos tengo púgiles de Japón, Estados Unidos, Cuba, México, España, Venezuela, República Dominicana, Argentina, China y Gran Bretaña.

¿Cuál es tu fórmula ganadora?

Buena vibra, mucho trabajo, disciplina y hermandad. Tengo dos entrenadores con los cuales he formado un magnífico equipo de trabajo, el cubano Yanier Lescay y el azteca Fernando Díaz.

¿Qué me dices de los que tienes aquí que aún no han llegado a la cima?

Tengo una nueva generación que viene muy bien: Kevin el Alfa, Yoelvis Gómez, el hijo del gran José Gómez, Yojanler Martínez son tres de ellos; además yo me caracterizo por llevar a campeones a aquéllos que han fallado en otros gimnasios.

¿Primeros pasos de Ismael Salas?

Yo soy de Guantánamo como ya sabes. Allí era jefe técnico del boxeo provincial. Félix Savón, Candelario Duvergel, Joel Casamayor, Ángel Herrera, José Aguilar, Héctor Ramírez y Jesús Soyet salieron de nuestro gimnasio. Mi segundo era el hoy jefe técnico en la Finca del boxeo cubano, Rolando Acebal. Yo iba y venía a la capital y viajaba con los atletas a Europa, Asia, América, África y Oceanía; o sea, he visitado los cinco continentes.

Me licencié en 1987 en el Instituto Superior de Deportes con sede en Santiago de Cuba y ¿sabes cuál fue el regalo?: enviarme a Corea del Norte pues recuerda que ellos querían compartir los Juegos Olímpicos con Seúl y a mí me enviaron a formar la escuadra norcoreana de boxeo.

Como era de esperar, aquella absurda propuesta no prosperó y al regresar participé en una gira por Venezuela, Colombia y Perú antesala de lo que fue una nueva “estimulación”: ¡Paquistán!

No les bastó que tuviera que estar en la nación que posee la peor dictadura del planeta sino que también permaneciera en Paquistán, la patria de Amwar Chowdry, quien por esa época era el presidente de la AIBA (Asociación Internacional de Boxeo) y solicitó ayuda a Cuba para preparar un equipo con vistas los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.

¿Y lograron una actuación decorosa?

¡Nada! pero para mí Barcelona fue el trampolín a la libertad. Volví a Paquistán a recoger mis pertenencias y de ahí llegué a Bangko, Thailandia, donde trabajé en un gimnasio con púgiles profesionales y amateurs. Te puedo decir que ocho alumnos míos llegaron, dos a ser monarcas olímpicos y los otros seis, al profesionalismo.

Después trabajé en Japón, Australia y Alemania. En este último país entrené a los titulares olímpicos y después boxeadores profesionales Yuriorkis Gamboa y Odlanier Solís. Ambos debutaron en el boxeo profesional en esa nación europea. A partir de ahí no toqué más el pugilismo aficionado.

El boxeo en Cuba, la nave insignia del deporte cubano

Mira, los dirigentes del boxeo cubano usan sus talentos y cuando ya no les sirven, los desechan. Eso siempre ha sido así. Acebal ahora es un “comunistón”, no se acuerda de los trabajos que pasábamos en Guantánamo.

¿Toda tu familia está aquí?

Mi papá trabajaba en la base naval, siempre supo lo que era el capitalismo. Mi mamá vive en Nueva Jersey con mis hermanos. Estoy casado con Kotomi, una japonesa con la que tengo mi niño menor, Juan Enrique, de 14 años Además tengo otros siete hijos.

Salas, fuiste testigo presencial de lo acontecido recientemente en Japón antes del combate de Robeisy Ramírez contra el japonés Satoshi Shimizu por el título del cinturón pluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) Al cubano le prohibieron usar los colores patrios en su pelea, le prohibieron que pusieran su himno. ¿Cómo fue todo y por qué ustedes aceptaron tan repudiables medidas?

Realmente es repudiable, aunque es bueno señalar que las autoridades cubanas le han hecho un favor pues ahora mismo la comunidad cubana en Miami está agasajando al campeón; o sea, más allá de su actividad deportiva, de sus fans… ahora lo respaldan muchísimos más. El golpe político lo dio Robeisy con su Patria y Vida y cuando entonamos nuestro himno al finalizar la pelea.

A Japón no le gusta la confrontación y no nos autorizaron. Nada se podía hacer. ¿Vas a perder por no presentación? Eso no existe. Fíjate si fue una bajeza que nosotros llegamos con 17 días de antelación para aclimatarnos y no fue hasta que llegamos a la pesa cuando nos informan que no podemos usar la bandera ni el himno por una exigencia de la Embajada cubana en Tokío. Eso fue para desestabilizarlo… ¡pero no lo lograron! Robeisy noqueó en el quinto, entonó su himno y sacó su bandera. Fue una doble victoria ¿no crees?

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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