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Un joven cubano de 22 años necesita urgentemente un marcapasos, pues al suyo le queda menos de un mes de batería y el sistema de salud pública de Cuba no tiene el dispositivo que él requiere.
Leonardo Ojeda Utrilla, estudiante de licenciatura en Ciencias Informáticas en la Universidad de Cienfuegos, lleva nueve años con un marcapasos. Residente en el municipio de Cumanayagua, el joven depende desde los 13 años de este dispositivo que controla la frecuencia y el ritmo de los latidos del corazón.
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“Está a punto de agotarse su batería y, según los especialistas del Cardiocentro de Santa Clara, donde es atendido desde temprana edad, no hay este dispositivo en el país para ser sustituido, además de que existe una lista en espera” para estos, dijo a CiberCuba la tía del joven, Yasleidy Utrilla Hernández.
A través de una carta enviada a esta redacción, la mujer pidió ayuda para su sobrino y describió la angustia que vive su familia por la falta de insumos médicos que resultan vitales para los pacientes, como en el caso de Ojeda Utrilla.
“Me dirijo a ustedes porque, en los últimos días, he tenido noticias de sus buenas acciones a favor de los cubanos necesitados de marcapasos, y precisamente mi sobrino necesita de ayuda”, expresó la tía del joven, agradeciendo la difusión de su caso y otros similares al suyo en este medio.
En fechas recientes, CiberCuba se hizo eco de mensajes publicados en redes sociales por usuarios cubanos que pedían ayuda para familiares en delicado estado de salud por falta de un marcapasos que les permitieran seguir con vida.
La visibilidad conseguida gracias a la publicación de sus casos animó a Utrilla Hernández a compartir con esta redacción el de su sobrino, a cuyos familiares en Cuba se les puede contactar a través del teléfono (+53) 54242038.
“Este joven está a punto de graduarse y le queda menos de un mes de carga a la batería de su marcapasos, lo cual nos tiene muy preocupados, pues si en ese período no recibe el cambio de dispositivo, tendrá que permanecer ingresado”, relató.
Preocupada por el futuro del estudiante universitario, la tía pidió ayuda para que “pueda cumplir su sueño de graduarse y poder continuar viviendo al compás del corazón”.
“¡Ojalá que algún corazón noble permita que este joven corazón pueda seguir latiendo!”, concluyó la familiar de Leonardo Ojeda Utrilla.
Los marcapasos utilizan impulsos eléctricos de baja energía para controlar la frecuencia y el ritmo de los latidos del corazón. Los aparatos tradicionales envían los impulsos eléctricos a través de cables, pero los más novedosos son inalámbricos.
La prolongada falta de medicamentos y otros insumos fuerza a los cubanos a pedir ayuda en Internet. Los marcapasos, dispositivos de primera necesidad para pacientes con cardiopatías que necesitan que se les estimule el ritmo del corazón, escasean en los hospitales de todo el país.
Algunos pacientes han logrado adquirirlo y alargar su vida gracias a otros cubanos que se los han donado. En enero pasado, Danays Álvarez, una cubana residente en Cárdenas, pidió un marcapasos para su mamá de 78 años, y alertó que solo tenía tres meses para conseguirlo.
A finales de marzo, una joven cubana pidió ayuda en redes sociales para conseguir un marcapasos para su madre de 53 años, que llevaba 22 días ingresada en el Instituto Cardiovascular de La Habana, internada en la sala de terapia a la espera del dispositivo, "que por ahora no hay en nuestro país y no sabemos cuándo va a entrar".
Una semana después de publicado su texto, la joven anunció que su madre había recibido dos donaciones de marcapasos, uno de los cuales le sirvió.
Por las mismas fechas, el joven Yaciel Fajardo Aguilar (24 años) pedía ayuda para conseguir uno mientras permanecía ingresado en el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de La Habana.
Fajardo Aguilar fue operado a los pocos días de nacer y le implantaron un marcapasos, que había llegado al final de su vida útil y por tanto debían sustituirlo. Al igual que el caso anterior, a la semana de publicada su petición en redes sociales, recibió el que necesitaba gracias a la solidaridad que se movilizó.
En el contexto de una profunda crisis económica, el sistema público de salud en Cuba desprotege a pacientes con enfermedades graves y muchos acuden a redes sociales para pedir medicamentos e insumos, ante el déficit en hospitales y policlínicos.
El gobierno cubano sostiene que la culpa de esta situación es del embargo estadounidense, pero las leyes de ese país permiten la importación a Cuba de medicinas. Un marcapasos puede costar entre 4,200 y 7,400 dólares aproximadamente.
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