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Otro terremoto de magnitud 5.3 volvió a causar pánico este sábado en Turquía, según medios locales.
El temblor se produjo en el municipio Bor de la provincia Nigde, la cual se ubica a casi 400 kilómetros del territorio donde a principios de este mes ocurrieron los sismos que han dejado hasta la fecha casi 50,000 víctimas, apunta un reporte del canal turco NTV.
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El sismo ocurrió poco después del mediodía y se sintió también en municipios y provincias vecinos, causando pánico entre los residentes de esos territorios.
Hasta el momento no se reportan daños ni víctimas por este nuevo temblor.
De acuerdo con el observatorio sismográfico turco de Kandilli, el epicentro de este nuevo evento se localizó en el municipio de Bor, ubicado al suroeste de la capital provincial de Nigde, donde residen unos 230,000 habitantes.
El observatorio apunta que los temblores sísmico entre las magnitudes 5 y 6 son relativamente frecuentes en Turquía, donde se registran una decena de temblores al año de este tipo y normalmente no causan mayores perjuicios a viviendas o infraestructuras.
No obstante, se calculan que más de 9,500 réplicas han ocasionado los devastadores terremotos del 6 de febrero, un fenómeno considerado como extraordinario.
La agencia turca de emergencias AFAD, radicada en Ankara, alerta que se espera que los temblores continúen durante los próximos dos años.
Apenas dos semanas después del sismo de 7,8 grados que devastó localidades de ambos países, la tierra volvió a temblar echando abajo cientos de edificaciones que ya habían sido dañadas por el fenómeno anterior, y exacerbó el pánico y la desesperación de la población.
El epicentro estuvo al sur de la ciudad turca de Antioquía y tuvo una profundidad de 10 kilómetros, según precisó el Instituto de Geociencias (IGEO) de la Universidad Complutense de Madrid. Se sintió en Siria, Egipto y Líbano, de acuerdo con varios medios de prensa.
A más de dos semanas del terremoto de gran magnitud que sacudió la región fronteriza de Siria y Turquía el número de fallecidos se acerca ya a las 50,000 personas, tras haberse terminado la fase de rescate de sobrevivientes, según las autoridades locales de ambos países.
La cifra oficial de sirios y turcos muertos a consecuencia de esta catástrofe natural se elevó este miércoles a 49,397. De ellos, al menos 43,556 son de Turquía, informó el ministro del Interior de ese país, Suleyman Soylu, citado por CNN.
En Siria, donde la guerra civil entre partidarios del régimen de Bashar Al Asad y grupos rebeldes hace más difícil el recuento de las víctimas y la llegada de ayuda humanitaria, la cifra de fallecidos se elevó a 5,841 este último domingo.
En este país, la agencia estatal SANA comunicó 1,414 fallecidos en áreas controladas por el gobierno; mientras que la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informaba de 4,427 víctimas mortales en áreas controladas por rebeldes.
Este último lunes, un nuevo terremoto de magnitud 6,4 en la escala de Richter estremeció el sur de Turquía, cerca de la frontera con Siria.
Con la retirada de los rescatistas y el comienzo de las obras de limpieza con maquinaria pesada, resulta prácticamente imposible encontrar nuevos sobrevivientes, cuando ya apenas los medios hablan de los “rescates milagrosos” acontecidos días atrás.
Uno de los últimos, el de una familia que fue encontrada con vida luego de permanecer 13 días atrapada entre los escombros de un edificio. Se trató de una pareja y su hijo de 12 años, quienes estaban bajo una edificación colapsada en la ciudad de Antakya, al sur de Turquía.
Los expertos calculan que aún hay decenas de miles de cadáveres bajo los edificios derrumbados.
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