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Con el salario mínimo fijado por el gobierno cubano en 2,100 pesos, el recinto ferial Expocuba invitó a los enamorados a celebrar San Valentín con una “oferta gastronómica y cultural”, por valor de 2,000 CUP por persona.
La directora de la instalación, Lidercy González Miguel, dijo a Tribuna de La Habana que “el esfuerzo del colectivo de trabajadores” ha hecho posible ofrecer “un servicio para todas aquellas personas que deseen compartir un día especial en un ambiente perfecto de armonía y tranquilidad”.
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Para ello, el restaurante Don Cuba abrirá sus puertas a las 8 de la noche y hasta las 2 de la mañana. Las parejas que quieran celebrar este 14 de febrero, Día de los Enamorados, tendrán que reunir 4,000 pesos y pagar el 50 por ciento con antelación.
La oferta incluye un coctel de bienvenida, 1 botella de vino blanco achampanado o sidra por pareja, y dos cervezas por persona.
Los clientes podrán disfrutar de un entrante con galletas crujientes a la tentación y ensalada cremosa de atún. El plato principal será una pechuga napada a la chucnay, guarnición con puré santino y vegetales y vinagreta al oli oli, además de dos raciones de arroz moro. El postre será dulzura a la canela.
Además de la cena, los asistentes serán entretenidos por un mago, un humorista y un trío musical “que acompañarán a los asistentes en tan feliz ocasión”.
"Hay que buscar la manera de que la familia venga a pasarse el día, que tengamos la oferta gastronómica, entre la privada y la estatal, donde la gente sepa que va a almorzar bien, a un precio justo", decía en septiembre el primer ministro Manuel Marrero Cruz, haciendo un llamado a rescatar Expocuba.
El mayor centro expositor del país no escapa al deterioro que padecen la inmensa mayoría de las instituciones estatales, y los dirigentes de la “continuidad” dejan ver cada cierto tiempo su “preocupación” por mantener y darle uso a uno de los proyectos por los que más apostó el dictador Fidel Castro.
"Habría que rescatar y hasta ampliar todos los aparatos de recreación, que hay muchos que están paralizados: las bicicletas esas, el paseo interno del trencito, los temas acuáticos...", proponía Marrero en vísperas de acoger en el recinto la 38 Feria Internacional de La Habana.
Creado en 1989, Expocuba fue concebida por un despechado Castro que, a las puertas del hundimiento que significó la caída del bloque socialista, movilizó ingentes cantidades de recursos para construir un recinto en el que mostrar los supuestos logros económicos, sociales y científico-técnicos del país.
A unos 25 kilómetros al sureste de la capital cubana y con un área de 600 mil metros cuadrados, las edificaciones del recinto y sus actividades apenas consiguieron atraer la atención de los cubanos, con grandes dificultades para llegar hasta un lugar en el que apenas se exhibía nada y en el que un pobre refrigerio provocaba enormes colas.
El interés de los cubanos por el parque de diversiones, el lago artificial en el que se podían dar paseos en bote, o el bar mirador y las varias ofertas gastronómicas de Expocuba decayó muy rápido luego de su inauguración.
"Es un equipamiento envejecido, es chino, ya tiene años de utilidad, pero vamos a tratar de rescatar todo lo posible", señalaba en octubre pasado González Miguel haciendo un llamado a la “iniciativa público-privada” para recuperar las instalaciones.
La “oferta gastronómica y cultural” de este martes se inscribe en el catálogo de despropósitos del régimen cubano, cuya élite sigue apostando por invertir en infraestructuras hoteleras y revitalizar la “empresa socialista”, mientras los cubanos se ven cada día más golpeados por la inflación y la desigualdad.
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