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Oslanis Zulueta Echevarría, encarcelado en la prisión de Kilo-9, en Camagüey, por su participación en las manifestaciones del 11 de julio de 2021, fue brutalmente golpeado por un carcelero.
El oficial Ramón, alias "El flaco", sacó a Zulueta de su destacamento el pasado 16 de enero y comenzó a golpearlo mientras lo insultaba, denunciaron los familiares del preso político, según trascendió en una nota de Radio Televisión Martí.
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"La justificación por la cual fue agredido tiene su origen tras el incremento de torturas físicas y psicológicas a las que están siendo sometidos los prisioneros políticos que permanecen cumpliendo injusta sanción en las prisiones de la provincia de Camagüey", aseguró a ese medio independiente Jiordan Marrero Huerta, activista y presidente del Partido Demócrata Cristiano, a quien los familiares de Zulueta contaron lo ocurrido.
El joven, de 28 años, fue sentenciado a nueve años de privación de libertad por los supuestos delitos "desordenes públicos", "atentado" y "daños".
Zulueta fue detenido por los sucesos acontecidos en el reparto La Vigía, en Camagüey, el 11 de julio de 2021, donde los manifestantes le arrojaron jabas de basura y piedras a patrullas de la policía.
Aunque inicialmente la Fiscalía le pedía 11 años de privación de libertad, este año el Tribunal Municipal Popular de Camagüey fijó su sentencia conjunta en nueve años de reclusión.
Prisioneros políticos en varias cárceles cubanas han denunciado la tortura a que los han sometido los carceleros. Muchos han denunciado que los oficiales de guardia los golpean, ofenden y los privan de los medios básicos para guarecerse del frío.
Otros han sido internados en celdas de castigo, donde la humedad, la mala alimentación y la insalubridad les han causado enfermedades.
La organización sin fines de lucro que defiende los derechos humanos de la ciudadanía en la isla, Cubalex, documentó el pasado año numerosos testimonios de torturas a presos políticos en cárceles cubanas.
A varios los han esposado a rejas en las prisiones de Kilo 7 y Kilo 9 en Camagüey, donde es común que cuelguen a los reclusos con los brazos en alto, abiertos o cerrados.
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