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El youtuber conocido como Yoslin preguntó a cubanos en la calle qué les gustaría comer en fin de año, y las respuestas pusieron en evidencia la escasez y precariedad alimenticia que sufre el pueblo de Cuba en medio de un contexto de crisis, marcado por la inflación y las privaciones de lo más elemental.
Las disímiles respuestas ofrecidas por los entrevistados no resultarían sorprendentes en otros lares con acceso fácil a los alimentos, pero en Cuba casi son manjares "de otro mundo": pavo, la primera y única opción de uno de los ciudadanos. La justificación fue sencilla: "porque hace mucho tiempo que no lo como".
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Otro hombre, sentado en la acera, afirmó que espaguetis con queso, porque es lo que le gusta.
La última persona enlistó los componentes de una típica cena cubana para fin de año: arroz moro, yuca, carne de cerdo, ensalada, "porque es la comida tradicional cubana".
Sin embargo, la mujer se mostró escéptica sobre lo que podría poner a la mesa este 31 de diciembre, que seguro sería diferente de su deseo: "¿Qué es lo que voy a comer? Es diferente".
La encuesta más difícil del youtuber, quizás, fue la que lanzó a inicios de este mes: "¿Eres feliz?". El primer entrevistado, un anciano, aseguró que era imposible serlo con lo que se estaba viviendo en el país; su "no" rotundo vino acompañado de una razón: "Hay muchas cosas que no tengo".
La familia cubana ha arribado a otra época de Navidad y fin de año con precios astronómicos y pocas opciones de comida, para cuya adquisición deben hacer interminables filas y estar sujetos a las normativas de venta implantadas por el gobierno.
Otros entrevistados por Yoslin aseguraron ser felices porque ven la vida "de una forma floreciente", recurren al alcohol para poder alegrarse un poco ante la severa crisis en el país o simplemente se alegran por haber llegado a los 50 años.
En otra ocasión, el influencer preguntó cuáles eran los deseos de los cubanos y las respuestas fueron desde tener buena salud hasta que pasara el ómnibus que estaban esperando.
En otro de sus sondeos callejeros indagó sobre las cosas que les gustaría hacer a los cubanos antes de morirse.
"Tomar cerveza", dijo uno. "Salir de este país", exclamó alguien, y su respuesta coincidió con las de la mayoría.
Una mujer confesó que viajar -a Italia- y otro que ir al "Yuma" (Estados Unidos). "Vacilar bastante", opinó un habanero y otro entrevistado respondió, sin pensarlo, que quería que llegara un avión para llevarlo a Miami.
Los cubanos despedirán el año con escasez, colas, altos precios y un desánimo generalizado, agudizado también por la creciente represión policial y la falta de libertades, que mantiene encarceladas a cientos de personas.
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