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La cubana María Elena San Pedro Albear, residente en La Habana, compró unas croquetas de camarones en la pescadería estatal de 19 y 4, del Vedado, y al comenzar a freírlas se percató de que estaban en mal estado y fétidas.
El paquete, producido y distribuido por la empresa Prodal, le costó 159 CUP y tenía en su interior 15 croquetas, según relató en una publicación de Facebook.
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"Cuando empecé a freírlas, un olor nauseabundo inundó toda la casa, pudrición total, croquetas en mal estado. Ni los gatos callejeros se la comieron. Nos matan y no nos pagan, total negligencia estatal contra el pueblo", describió San Pedro Albear.
Tras realizar la denuncia en las redes sociales, otros cubanos relataron experiencias similares.
"Hace dos meses visité a una amiga de mi hijo que el día anterior se había espantado tremenda cola para comprar croquetas. Estaba con dolor de estómago y muchos vómitos. Moraleja, en los tiempos actuales mis croquetas se hacen en mi casa", mencionó una persona.
"Al menos en mi barrio esas croquetas se están ofertando hace ya unos cuantos meses y son las mismas, almacenadas casi sin frío; al igual que una pulpa de pescado. Por Dios, no compren eso que pueden llegar hasta a envenenar a las personas", alertó una mujer.
"No la compren, es algo repugnante, asqueroso, un atraco. Ojalá alguien de Salud Pública lea estas publicaciones y se investigue el origen y los componentes de ese producto", sugirió otro internauta.
La empresa estatal Prodal, ubicada en La Habana, no ha respondido los mensajes enviados por CiberCuba sobre la denuncia realizada por estos clientes.
No es la primera vez que Prodal se ve en el centro de la polémica por sus croquetas, ya que el pasado año se hicieron virales en las redes sociales videos y fotos de cómo estos alimentos estallaban al momento de ser fritos en aceite caliente.
La entidad culpó a los clientes de las explosiones, por incumplir con las indicaciones dadas para su elaboración, como la temperatura del aceite.
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