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En medio de la peor recesión económica en décadas, el gobierno de Cuba firmó 30 acuerdos de inversión extranjera más que en 2021 valorados en alrededor de 400 millones de dólares, informaron el martes último fuentes oficiales.
Las cifras de este año -dadas a conocer en la 38 edición de la Feria Internacional de La Habana (FIHAV 2022)-, aunque superiores a las del año anterior, quedan muy por debajo de los 2,000 millones en convenios de este tipo logrados antes de la crisis del coronavirus.
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Según la Agencia Cubana de Noticias, Rodrigo Malmierca Díaz, ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, informó en el Quinto Foro de Inversión de la feria que en este año se incrementaron en 30 los proyectos de la cartera de inversiones, tras haberse retirado 71 y sumado otros 101.
En total, existen 708 proyectos cuyas inversiones alcanzan los 33,450 millones de dólares. De ellos, tres nuevos en la Zona Especial de Desarrollo Mariel y 229 en proceso de cambios en las descripciones, modalidad o monto de la inversión, precisó el funcionario.
De acuerdo con la agencia de noticias Reuters, el primer ministro Manuel Marrero Cruz dijo que invertir en el país gobernado por comunistas no era fácil y señaló las sanciones de Estados Unidos y la burocracia estatal notoriamente ineficiente de Cuba, al tiempo que se refirió a la inestabilidad mundial en la actualidad.
“Tenemos que desterrar toda esa burocracia innecesaria y generar nuevas oportunidades que sean atractivas para los empresarios extranjeros”, señaló Marrero en el mismo evento.
Con el desplome del PIB a un 9,8% desde 2019 y un pronóstico de apenas el 2% de crecimiento para este año, Cuba necesita desperadamente de inversiones extranjeras de capital y se apresura a diversificar las oportunidades de negocios. Asimismo, promete facilitar los procesos inversionistas y operaciones, pero no da seguridad a socios potenciales.
“Garantizamos el cumplimiento de los pagos atrasados en la medida que las condiciones financieras lo permitan”, dijo el primer ministro del país, que frecuentemente incumple sus compromisos financieros y debe cientos de millones de dólares a sus socios comerciales.
No obstante, empresarios como Alexandre Carpenter, copresidente de Brascuba, una empresa mixta entre Cuba y la filial brasileña de British American Tobacco (BATS.L), aún apuestan por hacer negocios con el régimen.
“Tenemos que encontrar una solución a los problemas financieros que tienen con nosotros y soy optimista de que sucederá pronto”, dijo a Reuters y adelantó que su compañía abriría una nueva fábrica en 2023 a pesar de todos los problemas.
Otros como Alberto Gómez, representante de una empresa mexicana fabricante de máquinas y herramientas, prefieren buscar socios privados consolidados.
“Definitivamente no tenemos miedo como inversionistas en Cuba, ya estamos haciendo arreglos y haciendo alianzas con una empresa (privada) bien establecida”, dijo, sin notar que fue en 2021 que el gobierno cubano dio luz verde para el surgimiento de Mipymes y, por tanto, ningún emprendimiento de este tipo en Cuba puede contar con suficiente experiencia.
En Twiter, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba insistió en la preferencia del régimen por el capital foráneo al que ha otorgado “un papel activo en el desarrollo de la economía nacional”.
Igualmente, el director de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior, Ernesto Soberón Guzmán, habló sobre "las potencialidades de negocios que brinda Cuba a connacionales residentes en el exterior", a quienes muchas veces se les niega la entrada a su país natal y la participación vinculante en los destinos de este.
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