El activista cubano Yasmany González Valdés sufrió un asalto en La Habana a finales de octubre y fue multado con 3,000 pesos y citado por la policía el viernes pasado.
En una directa de sus redes sociales, el joven activista relató haber sido víctima de un asalto en la calle Escobar entre Neptuno y San Miguel, cuando se dirigía al policlínico porque tenía la presión alta.
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Tras denunciarlo en redes sociales, González Valdés se dirigió a la policía a formalizar la denuncia, a pesar de que expresó en su directa la poca confianza que le inspiraban las autoridades cubanas.
“Acabo de venir de la policía donde me hicieron la declaración y tienen el vídeo del asalto grabado por una cámara de vigilancia en una vivienda pública”, indicó el activista, afirmando reconocer el rostro de uno de sus asaltantes.
Descreído de la policía cubana, el joven reconoció que interpuso la demanda por consejo de varios de sus seguidores. “No sé realmente qué traman conmigo... pero sigo ejerciendo mi artivismo”, manifestó.
“Ya es mucha casualidad… [espero] que no sea lo que yo me imagino y que la policía los coja”, añadió. Sin embargo, lejos de atrapar a los asaltadores, la policía multó a González Valdés con 3,000 pesos en base al Artículo 68 del Decreto Ley 370 / 2018 sobre la “informatización de la sociedad” (conocida como "Ley Azote") y lo citó para una “entrevista”.
Cursada por el Ministerio de Comunicaciones, la citación indica que “esta autoridad tuvo conocimiento con fecha 11/11/2022 que el ciudadano Yasmany González Valdés (…) infringió lo normado jurídicamente en le D/L 370, Art. 68 referente a difundir a través de las redes de transmisión de datos información contraria al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas, por lo que se procedió por la autoridad facultada a imponer una multa por valor de 3.000 pesos”.
De no acudir a la “entrevista” con las autoridades, la citación policial amenaza con la aplicación del Artículo 86 de la Ley de Procedimiento Penal, con la posibilidad de ser multado con 20 pesos o acusado del “delito de Denegación de Auxilio”.
Según el Artículo 187 de la Ley No. 151 / 2022 del Código Penal, “quien, sin motivo que lo justifique, se niegue o deje de prestar la debida cooperación o auxilio a la administración de justicia cuando sea requerido con las formalidades legales por autoridad competente, por sí misma o a través de sus agentes o auxiliares, incurre en sanción de privación de libertad de seis meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas, o ambas”.
“Esto es el colmo: citan a mi marido por ser víctima de un robo, y dice que si no se presentaba sería procesado por el delito de desobediencia por negación de auxilio. Y sale con 3,000 CUP de multa y con varias amenazas ¡Hasta cuándo!”, protestó en redes sociales la esposa del activista y defensor de los derechos humanos en Cuba.
En unas emotivas palabras, Ilsa Ramos se dirigió a su esposo para animarle y espantar la frustración provocada por la injusticia. “Te levantarás como solo tú sabes hacerlo, porque no se puede silenciar la verdad, ya que esta sale siempre a la luz”, le dijo.
“Tú siempre has mostrado la realidad cruda y tal como es, y tus fotos se expresan por sí solas. Tus denuncias son la voz de miles de cubanos que por diferentes razones no nos atrevemos a exponer. No creo que te detengas, mi Don Quijote luchando solo contra gigantes molinos de viento, y que muchos creen loco. Yo creo en ti. ¡Fuerza, Patria y Vida!”, le expresó la joven.
González Valdés es un joven activista que trabaja por cuenta propia como albañil, y se mantiene activo criticando al régimen cubano en redes sociales. Por ese motivo, ya fue multado en abril por el D/L 370 y recibió amenazas de la Seguridad del Estado.
En enero de 2022, fue detenido por la policía cuando pretendía manifestarse pacíficamente frente al Tribunal Supremo de La Habana para exigir la libertad de los presos políticos de Cuba, coincidiendo con el aniversario del natalicio de José Martí.
A los pocos días de su arresto, el activista cubano denunció que lo retuvieron en una celda sin colchón, ni permiso para llamar a nadie de su familia. Además, relató que lo amenazaron con detener a su esposa y que le impidieron fumar durante el tiempo que estuvo encerrado.
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