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Una nube iridiscente fue captada por el lente de un fotógrafo cubano cerca de Cayo Mambí, en la provincia de Holguín.
El fotógrafo publicitario Loidel Gainza compartió este martes en su perfil de Facebook imágenes de este fenómeno meteorológico poco común, que es el resultado de la difracción de la luz solar a través de pequeñas gotas de agua o pequeños cristales de hielo que componen estas nubes.
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También sus fotos fueron difundidas por el grupo de Facebook Meteorología de Cuba en el que explican que las gotas de aguas o pequeños cristales de hielo en las nubes desvían los rayos solares de forma individual, provocando halos, que al acumularse ese efecto es lo que provoca la coloración inusual en la nube.
Los colores que se observan se asemejan a los que se pueden ver en manchas de aceite, alquitrán o gasolina en la superficie del agua.
Este fenómeno puede ser observado, además, en altocúmulos, cirrocúmulos y nubes lenticulares, pero muy pocas veces en nubes cirro.
Los colores que toma la nube suelen ser de tonalidad pastel, pero a veces pueden ser muy vivos.
En agosto último, los santiagueros fueron testigos también de un fenómeno óptico conocido como “cielo dividido”.
Desde varios puntos de la ciudad oriental, alrededor de las 7:35 p.m., se vio el cielo fragmentado en dos tonalidades: de un lado azul y del otro rosa.
“El cielo se dividió en dos colores en su mismo centro sobre la ciudad de Santiago de Cuba. En 59 años no había visto esto nunca”, publicó el usuario Camilo González Guerra en su perfil de Facebook, donde compartió varias fotos del fenómeno.
De acuerdo con el meteorólogo matancero Henry Delgado Manzor, que comentó la publicación del usuario santiaguero, el efecto se conoce como “cielo dividido” y se produce cuando “una nube con desarrollo se interpone entre el sol y nosotros”, provocando una gran sombra vertical. “El Sol debe estar bien bajo en el horizonte para que ocurra”, acotó.
En abril de este año, en Holguín un halo solar iluminó varias localidades de esa provincia, donde sus residentes fueron testigos privilegiados de un curioso suceso natural, que se percibe como un arcoíris circundando el sol.
En ese mismo mes, ese mismo singular fenómeno meteorológico-óptico, formado a partir de la presencia de nubes Cirrus, fue visible en La Habana y en otros territorios del occidente cubano.
El halo solar, llamado también antelia o aro iris, es un fenómeno meteorológico visible generado a partir de la reflexión y refracción de la luz solar sobre partículas de hielo presentes en algunas nubes.
La luz atraviesa las partículas de hielo suspendidas, lo que origina que alrededor del sol se forme un efecto óptico en forma de disco, con un espectro de colores similar a un arcoíris.
Es un fenómeno propio de regiones frías, y poco frecuente en los trópicos. No obstante, se puede ver en cualquier zona del planeta siempre que concurran algunas circunstancias determinadas.
Requiere de condiciones específicas como tormenta, mal tiempo o presencia de nubes que rondan los 6,000 y 10,000 metros de altura, formadas por cristales de hielo.
Los halos pueden darse no solo alrededor del sol, sino también de la luna, pero siempre se caracterizan por tener un anillo iridiscente en su circunferencia exterior.
En 2020 este fenómeno fue visible en Cuba al menos en dos ocasiones.
En mayo, los habitantes de La Habana, Cienfuegos y Trinidad fueron testigos del inaudito fenómeno que dejó lucir su aro iris a todo color. Muchas personas quedaron maravilladas y compartieron las imágenes en las redes sociales.
Unos días después fue visible un doble halo solar en La Habana y Pinar del Río durante algunos minutos, en los que se pudieron distinguir claramente dos anillos alrededor del sol.
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