Informe de la ONU involucra a militares cubanos con violaciones a derechos humanos en Venezuela

El régimen de Cuba entrenó a los servicios de inteligencia de Venezuela, confirma una misión de la ONU.

Hugo Chávez en Academia Militar venezolana © ACN
Hugo Chávez en Academia Militar venezolana Foto © ACN

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Este artículo es de hace 2 años

Un informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU) involucra a militares cubanos con violaciones a derechos humanos en Venezuela desde 2006, cuando los regímenes de Fidel Castro y Hugo Chávez suscribieron acuerdos secretos.

El documento, elaborado por la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU, reveló el martes en Ginebra que el régimen de Cuba entrenó a los servicios de inteligencia de Venezuela.


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"Los cubanos entrenaron, asesoraron y participaron en actividades de inteligencia y contrainteligencia con la DGCIM", confirmó la investigación, que tomó en cuenta las informaciones aportadas por exfuncionarios de ese órgano represivo.

Los agentes cubanos también "desempeñaban un papel destacado en el desarrollo de las técnicas de interrogatorio y los métodos de vigilancia en la DGCIM, así como en las estructuras y los objetivos de las Direcciones, incluidas las Direcciones de Comunicaciones y Operaciones. Era habitual que agentes de la DGCIM viajaran a Cuba para recibir formación".

Informe de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU. Captura PDF

En el Capítulo II: "Crímenes de lesa humanidad cometidos a través de los servicios de inteligencia del Estado (DGCIM y SEBIN)", el informe afirma que la "colaboración" cubana fue posible luego de que las dictaduras de La Habana y Caracas firmaran en 2006 un Memorando de Entendimiento confidencial que, incluso, continuaría vigente.

Este encomendaba al Ministerio de Defensa cubano la supervisión de la reestructuración de los servicios de inteligencia militar venezolanos, incluso mediante la "creación de nuevos órganos" represivos.

También encargaba al régimen cubano formar a "las funcionarias y los funcionarios de la DGCIM, incluidos los de mayor rango, y el desempeño de un papel activo en los esfuerzos de contrainteligencia venezolanos", expresa el informe.

Informe de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU. Captura PDF

Según la ONU, la colaboración cubana tenía el objetivo de crear una fuerza similar a los órganos de contrainteligencia en la isla caribeña, para "descubrir y enfrentar los esfuerzos subversivos y de inteligencia en nombre del enemigo, así como la actividad criminal".

Con base en esto, la Misión de la ONU investigó el caso de 122 oficiales y exoficiales de la Fuerza Armada Bolivariana y civiles asociados a ellos, que fueron arrestados, detenidos y torturados por la DCGIM entre el 12 de febrero de 2014 y la actualidad. Los años 2017, 2018 y 2019 fueron el periodo en que la DGCIM realizó el mayor número de detenciones.

Exfuncionarios de la DGCIM le manifestaron a los investigadores de la ONU que, después de la firma del Memorando de Entendimiento, "los oficiales cubanos comenzaron a dirigir entrenamientos en la academia militar de Boleíta y a acompañar a los oficiales de la DGCIM en las oficinas regionales y en Boleíta".

Si algún funcionario de la DGCIM se negaba a obedecer las instrucciones de los agentes cubanos, era señalado como "persona de interés operativo", es decir, "sospechoso de contrarrevolución".

En ese sentido la misión de la ONU manifestó en Ginebra que sigue preocupada por las continuas denuncias de graves violaciones de los derechos humanos en Venezuela, las cuales incluyen actos de tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes, incluida la violencia sexual y de género, por parte de las fuerzas del orden y los servicios de inteligencia del Estado.

Estas acusaciones son consistentes con los patrones identificados anteriormente donde participaron los cubanos y las condiciones de detención contra personas opositoras reales o percibidas como tales y sus familias u otras relacionadas con ellas, incluidas las personas indígenas, señala el documento.

La Misión también mencionó denuncias de asesinatos consistentes con patrones previamente documentados de ejecuciones extrajudiciales y otras violaciones en el contexto de operaciones de seguridad en barrios urbanos de bajos ingresos en varias regiones del país. "Estos hechos requieren una investigación más profunda, pero la información disponible indica que estos asesinatos han continuado a un nivel preocupante", expresa.

También indica que las ejecuciones extrajudiciales, las desapariciones forzadas, el trabajo forzado y la explotación sexual, incluida la esclavitud sexual y la trata de personas se han desarrollado en zonas fronterizas y remotas. "La Misión sigue especialmente preocupada por la situación en los estados de Amazonas y Delta Amacuro, en particular por las presuntas violaciones contra los pueblos indígenas", detalla.

Por último, señala la persecución, intimidación y las detenciones arbitrarias constantes contra quienes trabajan en los medios de comunicación, las organizaciones de la sociedad civil, las personas defensoras de los derechos humanos y las personas que ejercen la abogacía.

Los vínculos de La Habana y Caracas a través de este acuerdo todavía continúan vigentes.

El pasado 18 de agosto el gobierno cubano envió a miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) a participar en la séptima edición de los Juegos Militares Internacionales Army Games 2022, que tiene una sede en Caracas, Venezuela.

Pero el tema del sometimiento de Caracas a La Habana no es nuevo. En el libro La invasión consentida (2019), sobre la misteriosa y polémica relación entre ambos países se detalla cómo a partir del sometimiento psicológico de Chávez ante Castro, Venezuela abrió las puertas del Gobierno hasta permitir que los cubanos se infiltraran en todas las esferas del país.

Especialmente después del golpe de Estado contra Chávez en 2002, se incrementó la presencia cubana en la nación sudamericana, subraya el texto.

Disfrazados de venezolanos, los cubanos podían encontrarse en el Palacio Presidencial cuidando al mandatario; en los ministerios, institutos y empresas estatales y desplegados en todo el territorio nacional, al frente de los principales programas sociales, e incluso decidiendo en temas de la compra de armas de uso militar, señala esa publicación.

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