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Hasta el cierre de agosto a Cuba llegaron 971,456 turistas, cifra que representa solo el 12.27 % de los visitantes que recibió el país en igual fecha de 2019, el último año con mejores datos antes de que comenzara la pandemia del coronavirus.
En el octavo mes de este año hubo 136,565 turistas, 15 mil menos que en julio, según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
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La ONEI reflejó un incremento del 556.1 % de turistas en comparación con el año anterior, pero este análisis no tiene en cuenta que el 2021 estuvo marcado por cierres parciales de fronteras y limitaciones de movilidad, así como las peores cifras de contagio del COVID-19 en Cuba.
De los turistas que llegaron a Cuba en estos meses, la mayoría proceden de Canadá (298,410), mientras que la comunidad de cubanos residentes en el exterior se convierte en el segundo grupo más importante, con 212,485 visitantes.
Otras naciones que eligieron a Cuba como destino turístico fueron Estados Unidos, España, Rusia, Alemania, Inglaterra, Francia y México, en ese orden.
Hasta el momento el mayor número de visitantes extranjeros que llegaron a Cuba se registró en julio y enero se convirtió en el peor del año, con 152,480 y 86,483 turistas, respectivamente.
El gobierno, aferrado a su plan de 2,5 millones de visitantes antes del cierre de 2022, aspira a convertir al país como un destino que no solo ofrezca sol y playa, sino que los vacacionistas disfruten también de sus paisajes naturales, sitios históricos o accedan a servicios de salud, todo con el propósito de acaparar divisas extranjeras en medio de una crisis económica, política y social.
Para algunos expertos, como el economista Elías Amor, llegar a esa cifra no solo es imposible, sino que cada día se hace necesario transformar el modelo de turismo, controlado en su totalidad por el gobierno, y permitir mayores libertades económicas a los ciudadanos, tal y como ocurre con otros países del área como República Dominicana.
Con todo, la situación económica internacional, producida por la guerra en Ucrania, las amenazas de recesión, la inflación mundial y los efectos de la pandemia han provocado que el turismo sea uno de los sectores más afectados, sobre todo cuando se acerca un invierno con mucha incertidumbre para los países europeos.
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