La activista Marthadela Tamayo denunció un hecho de discriminación racial contra su esposo Osvaldo Navarro en el centro comercial Plaza de Cuatro Caminos de La Habana.
“Una vez que se la había revisado el ticket de compra cómo está establecido, el señor q se encuentra cuidando las escaleras le ha dicho a él específicamente que lo tiene que revisar por tercera vez”, relató Tamayo este miércoles en un post de Facebook.
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Mientras todas las personas bajaban y subían y nadie los revisaba, este señor “mantenía su ensañamiento con Osvaldo Navarro Veloz”, explicó la activista.
Para Tamayo, este suceso es “un acto discriminatorio y además de estereotipo racializado”, debido a “la estigmatización del sujeto negro en la sociedad cubana”.
“Reclamamos hasta el cansancio y de hecho estamos en ello ante el jefe de piso y el policía más cercano que vimos, por la falta de respeto de este señor hacia los ciudadanos de este país”, continúa explicando Tamayo.
La pareja de activistas había realizado la compra de una escoba, una cafetera y dos cestos de basura.
Marthadela Tamayo compartió además un video donde se puede apreciar cómo ella y su esposo protestan ante el empleado de seguridad, quien les advierte que no pueden filmar en la tienda.
Aunque la propaganda del régimen cubano afirma haber desterrado el racismo, muchas formas de discriminación racial persisten en la sociedad cubana contemporánea.
La discriminación estructural se puede comprobar, por ejemplo, en la manera en que está representada la brecha racial en la organización del poder en Cuba.
El Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) presenta una abrumadora mayoría de blancos, con 88 frente 27 negros o mestizos, un desbalance que se repite en el gobierno y estado cubanos, pese a los llamados recurrentes de sus principales dirigentes a promover la igualdad racial en la cúpula.
El Buró Político lo forman 3 negros y 11 blancos, y el Secretariado está integrado por 5 cubanos de raza blanca y un solo negro, Joel Queipo Ruiz, muy querido en San Miguel del Padrón por su trabajo como Primer Secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
En junio pasado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) mostró preocupación por el deterioro de la situación socioeconómica en Cuba y el impacto que esto tiene en los derechos de las mujeres y otras comunidades vulnerables.
La oficina dijo tener conocimiento, luego de reunirse con organizaciones de la sociedad civil, sobre el aumento exponencial de la pobreza en el país, el deterioro de servicios públicos esenciales, la aguda escasez de alimentos y productos de primera necesidad, las restricciones a la libertad de elección profesional, así como vulneraciones a los derechos laborales fundamentales. Según su parecer, esta situación se ve particularmente agravada por la crisis de institucionalidad democrática en Cuba.
En especial, REDESCA monitoreó la situación de los derechos laborales y sindicales en Cuba y denuncia que la discriminación laboral resulta un problema grave y estructural que afecta de manera específica a las personas afrocubanas, a la población LGBTI y a las mujeres.
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