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El gobierno cubano sostuvo un encuentro con el grupo hotelero más antiguo de Europa, Kempinski, para abrir más negocios en la isla, según información de fuentes oficiales difundida en redes.
“Sostuve encuentro con el Sr. Bernold O. Schroeder, presidente del Consejo de Administración Kempinski, compañía hotelera de alto estándar, donde intercambiamos sobre oportunidades de negocio en nuestro país”, informó este jueves en Twitter el primer ministro Manuel Marrero Cruz.
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El ministro cubano no dio más detalles sobre los objetivos y acuerdos de esta reunión con el CEO de Kempinski, grupo que se encarga de la administración desde hace cinco años del primer hotel cinco estrellas plus de la isla, el Gran Hotel Manzana Kempinski de La Habana.
Este grupo tiene en la isla, además, al Gran Hotel Bristol, cerca del Capitolio habanero y el Cayo Guillermo Resort Kempinski, ubicado en la cayería Jardines del Rey, de Ciego de Ávila.
Esta compañía fue fundada en 1897 y es una sociedad anónima independiente alemana-suiza, con negocios en el sector hotelero, de conferencias y cáterin.
Kempinski Hotels es, además, la marca comercial del grupo matriz Kempinski Aktiengesellschaft, dueño y administrador de 60 hoteles en diferentes países, además de otros 43 que están a punto de ser inaugurados o en fase de construcción en Europa, Medio Oriente, Asia e Iberoamérica.
En 2018 ya el grupo había anunciado su interés de aumentar su presencia en la isla con la gestión de varias instalaciones en destinos de sol y playas.
El Gran Hotel Manzana Kempinski, considerado el primer hotel de lujo de Cuba, posee 246 habitaciones, entre ellas 50 suites.
El ubicado en Ciego de Ávila se definió como “un resort único, único y único situado en las playas vírgenes de playa pilar”.
El Gran Hotel Bristol cuenta con 162 habitaciones, cinco restaurantes y bares, dos salas de eventos, un gimnasio y una piscina infinita en la azotea del noveno piso.
Este inmueble, ubicado en las calles Amistad y San Rafael, fue construido en 1924 y durante muchos años estuvo entre los más demandados en la capital cubana, por su ubicación geográfica y la calidad de sus servicios, hasta que en los años 50 fue desplazado por nuevos hoteles como el Capri, el Riviera y el Habana Libre. No obstante, siguió funcionando hasta mediados de los 90, cuando el periodo especial obligó a cerrarlo.
El encuentro de Marrero Cruz con el CEO de este grupo hotelero trasciende, además, luego de que el gobierno de la isla recién anunciara un paquete de medidas con las que pretende abrir el comercio mayorista y minorista del país a inversores extranjeros, para tratar de remontar la acuciante escasez de alimentos y otros productos básicos de los últimos años.
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