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Ridel Brea, natural de Santiago de Cuba, salió de la isla en una balsa rumbo a Miami en 2016 y terminó como refugiado en Australia, luego de un año recluido en la Base Naval de Guantánamo.
En declaraciones a Voz de América, el propio Brea aseguró que llegar a ese país “es lo mejor que me ha pasado. Es como tener una segunda oportunidad de crear una familia y crear un futuro, cosa que en mí país no podía”.
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Contó que de haber permanecido en Cuba, probablemente ahora estuviera preso o fuese perseguido por el gobierno por sus opiniones políticas contrarias al régimen, pues la dictadura tiene muchas formas de tratar y reprimir a la oposición.
Brea fue capturado por la Guardia Costera de Estados Unidos (USCG) junto a otros balseros, mientras navegaban por el estrecho de Florida. Sobre su llegada a Australia relató que durante los primeros seis meses estuvo en una especie de escuela para aprender a hablar inglés.
“Allí te dan una codificación y te ayudan a encontrar trabajo (...). Ellos se enfocaron mucho en enseñarnos (...) la cultura local y eso para mí fue muy importante”, agregó el joven cubano, que antes de salir de la isla había decidido abandonar su carrera de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Oriente, por no tener dinero ni para pagarse el pasaje todos los días.
Sobre la distancia de la familia y la nostalgia que siente comentó que era muy difícil. “Yo me fui en el 2016, mi hijo tenía un añito, no lo he visto desde entonces, solamente lo veo por Messenger o lo veo por WhatsApp. Eso es una cosa que te va comiendo por dentro y tú dices: '¡Oh!, todo el mundo viviendo en Cuba y tú estás acá, solo y es terrible'. Muchas veces te dan hasta deseos de regresar”.
De acuerdo con Radio y Televisión Martí, tras abandonar la universidad, Brea se sumó al grupo opositor Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), fundado por el exprisionero político de la Primavera Negra, José Daniel Ferrer, quien en estos momentos se vuelve a encontrar detenido.
Como miembro de esta organización disidente trabajó en la edición de audiovisuales y fue blanco de represión por parte de la Seguridad del Estado. “Me acuerdo que en una tarde recibo una citación para la unidad policial del Palacete, donde me encuentro a un hombre, un coronel que dijo que vino desde La Habana, desde la sede de la policía política solo para intimidarme y decirme que me iba a meter preso, y yo le dije a mi familia que era momento ya de salir del país porque la persecución era mucha”, agregó.
Destacó que la salida ilegal fue por Cojimar y que fue uno de los momentos más tensos de su vida pues estuvieron “un día y medio en el agua hasta que el avión del guardacosta nos vio y alertó a los barcos… uno de los mejores momentos que he sentido, sabía que iba a ser rescatado”.
Afirmó que en la Base Naval el trato siempre fue bueno y que les permitían trabajar, aprender algo de idiomas y que en el edificio que opera la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) “tenían una amplia biblioteca con libros, películas y videojuegos”
Sobre su vida en la ciudad de Brisbane aseguró que estaba feliz con la nueva familia que había logrado crear, pues al poco tiempo de llegar se casó con una australiana con la que tiene una hija. “Te digo, eso fue súper rápido. Llegué aquí a Australia y encontré a mi pareja y hemos estado juntos desde que llegué”.
En un principio sólo pudo encontrar empleo en una fábrica, pero se esforzó y estudió mucho para superarse y obtener distintos certificados que le permiten vincularse con el control de armas de fuego y transporte de valores. Desde 2018 tiene un buen puesto como oficial de seguridad gracias al cual “ha trabajado para los conciertos de Taylor Swift, Eminem y otros”.
El caso de Brea es singular, pero no único pues en 2017 fue noticia la llegada a Australia de los llamados “balseros del faro”, un grupo de inmigrantes cubanos que llegaron a Florida a bordo precisamente de un faro y que luego también pasaron más de un año en la Base Naval de Guantánamo.
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