Vídeos relacionados:
El popular humorista Andy Vázquez afirmó que en Cuba lo que hay son reyes malos, en referencia a los muchos niños cubanos que este 6 de enero no recibirán ningún juguete, debido a sus altos precios.
A propósito de celebrarse este jueves el día de los Reyes Magos, una festividad de origen católico en la cual los niños reciben regalos, sobre todo juguetes, Andy compartió en su muro de Facebook la foto de una niña en La Habana que camina con su mamá por el boulevard de Obispo, donde señala a otra mujer que lleva unos inflables, mientras la madre sigue andando inmutable.
Lo más leído hoy:
"En Cuba lo que hay son Reyes Malos… Mira la niña como mira los juguetes y la madre solo puede tragar en seco y continuar sin mirar al lado. ¡Triste!", expresó.
El recordado Facundo de "Vivir del Cuento" puso el dedo en uno de los temas más sensibles que afectan a la población cubana en esta grave crisis económica por la que atraviesa el país: el de los juguetes.
La tradición de esta fecha consiste en hacer regalos a los más pequeños en casa. Sin embargo, desde hace años en Cuba los juguetes, además de ser escasos, se venden a precios exagerados, lo cual genera tristeza y rabia en los padres.
En enero de 2021, cuando aún circulaba el peso convertible, CiberCuba publicó imágenes de una muñeca Barbie que se comercializaba a casi 100 CUC en la tienda de juguetes Arcoiris, en la Habana Vieja, donde además un bebé costaba 28 CUC y una pequeña mochila con el dibujo de Elpidio Valdés, 11.20 CUC.
Días antes, un padre que acudió a la juguetería del Hotel Comodoro se encontró con que los peluches no bajaban de 60 CUC.
"Da tremenda lástima pensar en la pila de niños que este seis de enero no recibirán ni un juguetico hecho a mano porque, por más que mamá y papá trabajen, no tendrán suficiente dinero para comprarlo. Es una tradición que merece la pena cuidar porque mantiene viva la imaginación infantil, pero cada año se hace más difícil", lamentó el usuario.
En 2019, en las vísperas del día de los Reyes Magos, una madre fue con su hija a la tienda Carlos III, en La Habana, y ambas se llevaron una gran decepción al encontrar la juguetería totalmente vacía, un desabastecimiento que les resultó inconcebible.
Archivado en: