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Las cenizas del actor cubano Enrique Molina fueron arrojadas este lunes al río Almendares de La Habana por un grupo de familiares, amigos, artistas y funcionarios de Cultura, horas después del homenaje póstumo que se realizó en su honor en los jardines de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en la capital.
"En un momento tan doloroso, un grupo de familiares, amigos, actores, actrices y funcionarios de las artes escénicas dieron el último adiós a Molina en nombre del pueblo que lo llevará por siempre en la memoria", informó la agencia Actuar en redes sociales.
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Los actores Patricio Wood y Emilio del Valle fueron los encargados de pronunciar unas últimas palabras en honor a Molina y su impecable carrera en la escena artística cubana.
En las honras fúnebres que se realizaron en la UNEAC la mañana de este viernes, el reconocido pianista Frank Fernández y el violinista Irving Frontela interpretaron el tema principal de la telenovela Tierra Brava, para despedir a Molina, quien hizo de un personaje concebido pequeño, como Silvestre Cañizo, uno gigante, que lo catapultó a la popularidad en la isla y le valió un espacio garantizado en el recuerdo de los cubanos.
"No te puedes quejar, viejito mío. Te han llenado de amor por los cuatro costados. Gracias siempre a todos. Gracias", escribió su hijo Pável Molina Ruiz.
Enrique Molina falleció la madrugada del 3 de septiembre, a los 78 años, luego de unas semanas de batalla contra el coronavirus. Su muerte se produjo "a causa de complicaciones derivadas de la COVID-19 y tras permanecer ingresado bajo el cuidado de un equipo multidisciplinario de personal médico que luchó hasta las últimas horas por salvar su vida" en el Instituto Pedro Kourí de La Habana, según indicó el comunicado oficial.
El actor será siempre recordado por sus grandes actuaciones en películas como Esther en alguna parte, Contigo pan y cebolla, El hombre de Maisinicú o Páginas del diario de Mauricio, y en las telenovelas Tierra Brava, Bajo el mismo sol o La cara oculta de la luna. Su muerte es un duro golpe para la cultura cubana, que perdió en la misma semana al músico Adalberto Álvarez, El Caballero del Son.
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