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Lo que pudo ser un partidazo entre Brasil y Argentina por las eliminatorias mundialistas devino fiesta inconclusa cuando el choque debió ser suspendido unos cinco minutos después del pitido inicial por “razones sanitarias”.
Como lo lee. Lionel Messi y Neymar Jr. empezaban a desperezarse sobre el campo, el mundo se frotaba las manos ante un duelo revancha de la más reciente Copa América, y entonces se personaron en el césped unos empleados de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil.
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Los funcionarios alegaban que cuatro jugadores de la albiceleste (Emiliano Martínez, Cristian Romero, Gio Lo Celso y Emiliano Buendía) habían falsificado su declaración jurada al ingresar al gigante sudamericano, toda vez que esquivaron señalar que en los últimos días habían estado en el Reino Unido, territorio que las autoridades brasileñas entienden como de alto riesgo en materia de coronavirus.
Y era cierto: los cuatro futbolistas enumerados provenían de la Premier League y no se habían sometido a la obligatoria cuarentena de 14 días que se exige en la patria de Pelé. Sin embargo, enseguida la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) echó mano al argumento de que existe una “burbuja sanitaria” que rige para todas las competiciones oficiales de fútbol en la región, la cual habría sido aceptada por Brasil en su momento.
En declaraciones a Tyc Sports, el presidente de la AFA Claudio Tapia aseguró que “acá no se puede hablar de ninguna mentira porque hay una legislación sanitaria que rige para todos los torneos sudamericanos (...) Nosotros la venimos cumpliendo. Es una imagen muy, pero muy mala. Es lamentable para el fútbol. Cuatro personas sin barbijo querían interrumpir el partido, notificar algo que no sabemos qué es”.
Según citaron agencias noticiosas, Lionel Scaloni, entrenador de la selección argentina, dijo: “Como entrenador yo debo defender a mis jugadores, si entra gente diciendo que se los quiere llevar y que los quieren deportar no hay ninguna chance porque en ningún momento se nos avisó que no podían jugar el partido. El delegado de Conmebol nos dijo que fuéramos para el vestuario. Nuestros jugadores y los de Brasil querían jugar el partido”.
Por su parte, el capitán y estrella de la escuadra gaucha, Lionel Messi, se mostró tajante. “¡No nos avisaron; hace cuatro días que estamos acá! Hubieran venido el primer día, y no así”, sentenció.
Después de que Argentina se retirara del campo, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) anunció que estaba “absolutamente sorprendida por el momento en que se produjo la acción, con el partido ya iniciado, ya que Anvisa pudo haber ejercido su actividad de manera mucho más adecuada en los distintos momentos y días antes del partido”.
Ahora el árbitro del encuentro elevará un informe a la Comisión Disciplinaria de la FIFA, que determinará los pasos a seguir.
Fuentes consultadas adelantaron que la sanción posiblemente recaiga a la postre en Brasil, la sede de partido.
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