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Casimiro Suárez, uno de los grandes gimnastas cubanos de la historia, integrará la delegación de EE.UU. en calidad de entrenador en los Juegos de Tokio, tras lograr la clasificación olímpica su discípulo Alec Yoder en el reconocido torneo Olympic Trials, que se desarrolló este fin de semana en Saint Louis, Missouri.
¿Cómo te sientes?
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Estoy muy feliz, extraordinariamente feliz. No ha sido fácil. En Estados Unidos nuestro deporte celebra Campeonatos Nacionales que trae como consecuencia que la selección nacional se renueve cada 6 meses.
No es como en Cuba, donde se arma un equipo que es entrenado por un jefe técnico y un preparador asistente. Aquí cada atleta tiene su entrenador. El primer Campeonato Nacional se hizo en Indianápolis en febrero; ese certamen te calificaba para el segundo Nacional que tuvo por sede a Dallas, Texas. A su vez este segundo torneo clasificaba para los Olympic Trials. Como ves, un camino largo, escabroso, tenso, porque hay mucha calidad.
En los Trials compitieron 21 atletas, de donde saldrían los cinco que representarán a la gimnasia artística norteña en la magna cita nipona.
¿Quién es tu alumno, qué posibilidades tiene él y el equipo en sentido general?
En los seis aparatos hay posibilidades cuando hablamos del colectivo. Mi atleta, Alec Yoder, tiene buena experiencia en campeonatos internacionales, Juegos Olímpicos de la Juventud, Panamericanos, Copas y Campeonatos del Mundo y mundiales. Tiene 24 años y es graduado de Sport Industry en la Universidad de Ohio State. Domina muy bien el caballo con arzones.
En 2019 estaba entre los mejores, pero sufrió una lesión en el hombro en la primera competencia del año en la Universidad, entonces dirigió su recuperación hacia Tokio, con intervención quirúrgica incluida. La pandemia nos dio más tiempo de prepararnos y aquí estamos… ¡Con el sueño hecho realidad!
Esto es lo máximo porque aquí la “candela” es dura, es más estresante competir en los Trials que en las Olimpiadas; los Trials son lo más popular. Es una locura.
Los otros cuatro gimnastas que representarán a EE.UU. en los Juegos Olímpicos son Sam Mikulak, nuestra figura principal y más experimentada; Brody Malone, un novato sin experiencia en grandes competencias pero que se ha impuesto en todos los eventos realizados este año; Yul Moldaver, competidor enérgico, agresivo, experimentado; y Shane Wiskus, otro muy buen atleta, joven y ya con presencia internacional.
¿Cuándo parten hacia Japón?
El próximo 16 de julio nos vamos directamente a la ciudad de Funabashi, cercana a la capital, para culminar nuestra preparación; y de ahí a competir.
Casimiro Suárez compitió en los Juegos Olímpicos de Moscú cuando apenas era un muchacho y más tarde, en plena madurez de su carrera, fue privado de hacerlo en Los Ángeles y Seúl, tras la inasistencia cubana por justificaciones políticas. Ahora debuta como entrenador en la cita de los cinco aros...
Sí, pues aunque yo en Atlanta 96 clasifiqué a una atleta, la brasileña Soraya Carvalio, se lesionó y no pudo competir, así que ahora definitivamente y con el favor de Dios podré debutar como entrenador.
Para mí esta experiencia es lo máximo. Me hubiese gustado hacerlo con el equipo cubano, pero no se dio. Hay veces que las cosas cambian en tu vida y es parte del destino. Yo siempre fui muy trabajador, persistente y disciplinado para la gimnasia.
Muchos entrenadores no creían en mí y Servando Roig, que fue mi profesor hasta los 15 años, y después Héctor Ramírez y Eugenia Veloz, sí lo hicieron. Me ayudaron a ser quien yo fui en el equipo nacional y a lo que soy hoy. Siempre me he mirado en su espejo.
Nadar contracorriente es mi sino, formo parte de la historia en la gimnasia cubana, hicimos una época de oro, hicimos crecer la gimnástica cubana a planos mundiales. Éramos respetados por todos los rivales…pero las cosas pasan y si uno se aferra, pierde.
Yo me aferré lo más que pude por seguir en Cuba, en mi deporte, pero un buen día me dije: ¡hasta aquí! y hoy he llegado a la cima en un país que no es el mío y que es super difícil por muchas cosas. Llegar aquí es como llegar a las ligas mayores en el béisbol. Aquí no existe entrenador fijo en el equipo nacional, aquí todos pueden y si tú produces tú eres el tipo, vas para las grandes; si no, otro ocupa el lugar.
Conociéndote como te conozco, sé que estás viviendo el mejor momento de tu vida.
Me preguntas ¿qué es esto para mí? Pues es lo máximo, es la experiencia más grande y bonita de mi vida porque llegar aquí es el top, es lo que todo entrenador anhela y quiere lograr en su carrera deportiva. Como es tan duro, el gusto se triplica.
Es algo diferente porque no es un gimnasta cubano pero, aunque resulta paradójico, se siente un sabor más dulce; aquí hay monstruos, entrenadores de todos las latitudes del planeta preparando estrellas, y que tú seas parte del Team Olímpico "llegó y paró", hablando en el más puro cubano.
Es la bendición más grande que un entrenador puede sentir en la faz de la tierra. Yo llevo desde el 2012 intentando colocar a un deportista en el Team olímpico. En 2012 y 2016 casi lo logro, pero casi no es conseguirlo. Ahora sí ya es una realidad. Gracias a Dios se me dio; entonces de más está decirte cómo me siento.
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