El director de la Bodeguita del Medio, emblemático local de La Habana, explicó en declaraciones a la prensa oficialista los motivos por los cuales se borraron las firmas de cubanos y turistas de las paredes que habían caracterizado los interiores del establecimiento.
José Pumarada, el directivo, sostuvo que el local presentaba filtraciones y humedad y la decisión de cubrir con pintura las firmas respondía a dicho estado. “Las paredes estaban con bastante humedad, al extremo de que los cuadros se caían”, explicó.
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Durante el proceso, sin embargo, se fotografió cada tramo de pared para que las firmas pudieran ser apreciadas por los visitantes. Durante décadas, los muros de la Bodeguita del Medio acogieron las rúbricas de importantes figuras de la cultura cubana e internacional que estuvieron en el local.
No obstante, en declaraciones anteriores a la prensa independiente cubana, Pumarada aseguró que las firmas no constituían patrimonio del local, como respuesta a la avalancha de críticas por la desaparición de las históricas inscripciones.
“El libro de firmas, todas las fotos con sus cuadros -que datan de los años 40 y 50-, la estructura de la casa, la arquitectura, la madera, todo eso se respetó”, dijo al defender la decisión ejecutada en medio del declive turístico en la isla por la pandemia del coronavirus.
“Había filtraciones por todos lados, los clientes estaban comiendo y el agua caía en la mesa, había mucha humedad. Los cuadros se caían de las paredes porque el repello estaba podrido, la humedad era mucha y era parte de las quejas de los clientes que visitaban la casa”, expuso.
Para muchos cubanos, fue como si hubieran borrado el “alma” de la instalación, pero el directivo esgrimió que la reconstrucción del bar era impostergable por su mal estado constructivo y aseguró que contaban con todos los permisos para ejecutarla.
Ubicado en la calle Empedrado 207 de La Habana Vieja, la Bodeguita del Medio también cambió el color de sus interiores por un azul similar al de la fachada. El menú del local es típico criollo, con un trago de la casa que lo hace mundialmente famoso, sus "mojitos".
Por el emblemático bar han pasado personalidades internacionales como Gabriela Mistral, Agustín Lara, Pablo Neruda, Ernest Hemingway, Nicolás Guillén, y muchos otros escritores, músicos, artistas, científicos, políticos, deportistas de Cuba y del mundo, quienes plasmaron sus firmas en las paredes a modo de tradición que pasaría a ser replicada por la mayoría de los visitantes.
En 1959, con el triunfo de la revolución de Fidel Castro, el local fue cerrado. Luego el gobierno lo nacionalizó y sus paredes también fueron pintadas, perdiéndose todas las firmas originales de su primera etapa.
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