Vídeos relacionados:
La pobreza y desigualdad, agravadas por la pandemia de coronavirus, ha dividido a los cubanos en dos grandes grupos: Robots repetidores de consignas y zombies hambrientos, que reiteran -compulsivamente- qué van a sacar en tal tienda hoy, dijo a CiberCuba la directora de un centro de salud mental de La Habana, que exigió el anonimato.
Cuba vive un sálvese quien pueda a nivel sistémico, donde lo psíquico está indisolublemente unido a lo físico; con elementos nocivos como la irritabilidad, pobre control de impulsos y emociones que genera el agotamiento mental y que conlleva a las personas, en su desesperación, a tener conductas violentas para con los demás y si mismos, aseguró.
Lo más leído hoy:
Muchos cubanos viven en la "indiferencia inducida por el miedo paralizante ante la represión y la sensación de que ya han sufrido la misma película otras veces y que no hay solución posible", añadió.
Si usted viniera a Cuba y observara los rostros y el andar de las personas que tienen que salir cada día a ver qué resuelven, “notará la ausencia de expresión facial, la mirada perdida, la desesperación, el agobio y la desesperanza, detalló.
Cuba vive un reforzamiento de la individualidad negativa, con más egoísmo que nunca; apenas se escuchan música ni risas, solo quejas susurradas de boca en boca, subrayó la psiquiatra, que -en los últimos meses- ha apreciado un creciente número de trabajadores de la salud, incluidos subordinados, que piden bajas médicas y/o vacaciones.
La crisis económica y el encerramiento debido al coronavirus también repercute en niños y ancianos, a expensas de adultos estresados que los cuidan y les transmiten todos sus pesares y agobios, refirió.
"Han aparecido enfermedades infantiles como alopecia y psoriasis", reveló la psiquiatra habanera, que recordó la "carencia total" de psicofármacos e ironizó con que el lema mente sana en cuerpo sano, apenas se cumple en Cuba.
El testimonio de la responsable de un centro de salud mental de La Habana forma parte de varias conversaciones de CiberCuba con médicos, enfermeras, psiquiatras, psicólogos y responsables sanitarios, que solo accedieron a ofrecer sus testimonios, bajo la condición de anonimato, por temor a represalias del gobierno, que ha provocado una escalada represiva para intentar amedrentar a los ciudadanos, ya atemorizados por el avance del coronavirus y angustiados por la escasez de comida y medicinas.
Las supuestas bondades del servicio de Salud Pública, vendidas por el gobierno como potencia médica están yéndose al garete por la combinación de los efectos del empobrecimiento económico y espiritual, la represión policial, la pandemia de coronavirus, la escasez de vacunas, condones y otros medios sanitarios y la aparición de episodios de hipoglucemia y trastornos depresivos ansiosos en muchos ciudadanos, coincidieron en señalar los consultados.
Coronavirus, hipertensión arterial, infartos cerebrales y cardíacos, obesidad, diabetes y shock hipoglucémicos; algunas de ellas provocadas por la falta de cantidad y calidad en la alimentación, son las principales dolencias físicas de los cubanos.
"Los propios partes de (doctor) Durán sobre los fallecidos, evidencian los problemas de salud que tenemos, con personas afectadas por múltiples patologías", recordó un médico de Santiago de Cuba, que ha constatado un incremento de los pacientes con Diabetes tipo 1 y 2 por la "mala calidad y escasez de alimentos, sin tener la opción de decidir qué es dañino o no para su salud".
La mayoría de los cubanos fallecidos por coronavirus sufrieron daños en pulmones, riñones, hígado y corazón; y padecían enfermedades previas, según un estudio realizado a partir de autopsias mínimas en 50 cadáveres, por un equipo de científicos de La Habana, que tuvieron limitaciones para llegar a conclusiones más certeras, evitaron contagiarse, y no dispusieron de financiamiento específico para su investigación.
En los ámbitos psiquiátricos y psicológicos, los expertos definen la situación de "debacle de diagnóstico" debido a que las enfermedades que definen los libros han quedado superadas por un conjunto de trastornos reactivos, donde predominan ideas fijas y obsesivas en la búsqueda de alimentos, ideación suicida, una sensación de desesperanza y pérdida del placer y cuadros ansiosos y depresivos.
"La obsesión por encontrar comida impide pensar en otra cosa", sostuvo un psquiatra camagüeyano, que alertó sobre el peligro de una corriente suicida porque -en determinados pacientes- la desesperanza que suele acompañar cuadros depresivos, conciben la muerte autoprovocada como "la única forma de acabar con tanto dolor".
Una psicóloga villaclareña relató que cuadros ansiosos recientes están provocando hipertensión e infartos cerebrales y cardíacos, en pacientes atendidos, previamente, en su consulta y de compañeros.
La proliferación de casos de coronavirus ha sido reconocida por las propias autoridades, que pronosticaron mayor intensidad en el brote que afecta a La Habana; aunque siguen culpando a los cubanos de indisciplina y baja percepción de riesgo, sin reconocer la incidencia que las colas para comprar alimentos, artículos de aseo y medicinas provocan grandes aglomeraciones públicas.
"Al principio, los dirigentes multaban a gente que violaba las normas establecidas, pero según ha ido expandiéndose la pandemia (coronavirus) han ido haciendo vista gorda porque reconocen que el ambiente está muy caldeado por las complejidades que tenemos en alimentos y medicinas", dijo el director de un policlínico en Pinar del Río.
El estudio "Efectos de la COVID-19 en la salud mental de la población", concluyó que "urge potenciar la resiliencia, el crecimiento personal, las relaciones intrafamiliares y la atención especial a los grupos vulnerables para así minimizar el impacto psicosocial de la epidemia" en Cuba.
La investigación fue realizada, por los especialistas Victoria Ribot Reyes, Niurka Chang Paredes y Antonio González Castillo, que trabajan y/o colaboran en el Instituto de Medicina Legal, Universidad de Ciencias Médicas, Policlínico Universitario “Puentes Grandes” y el hospital Docente Clínico Quirúrgico “Joaquín Albarrán”; todos en La Habana.
La totalidad de los policlínicos cubanos cuentan con servicios de salud mental, preparados para afrontar la epidemia de coronavirus, aseguró la investigación habanera, que elogió el papel de la televisión estatal en la publicación de consejos profesionales sobre "cómo aprovechar el aislamiento social para desarrollar experiencias de crecimiento personal y familiar".
El papel de la cultura, los medios de comunicación, los profesionales sanitarios, las comunidades y las familias, es fundamental para promover modos de vida saludables, incluso en situaciones "amenazantes" como la actual pandemia de coronavirus en Cuba.
Pero el optimismo de esta investigación no es compartido por los médicos, psiquiatras y psicólogos consultados por CiberCuba porque los medios de comunicación "han puesto más el acento en "el relevo de Raúl Castro por Díaz-Canel, y la resistencia en continuidad, que en los problemas reales que afectan a nuestra sociedad, incluida su salud física y mental", concluyeron.
Recientemente. el gobierno cubano lanzó una campaña internacional de recogida de dólares norteamericanos y euros para poder comprar las jeringuillas necesarias para su programa de vacunación con inmunizadores de fabricación nacional, tras negarse a acogerse a los beneficios del programa COVAX de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que regala vacunas a países pobres.
Archivado en: