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Cuba no se juega nada en las elecciones madrileñas del 4 de mayo, pero aflora en debates entre candidatos, intrafamiliares y de amigos porque los candidatos del Partido Popular (PP), VOX y Unidas Podemos (UP) polarizan la contienda con disyuntivas habaneras como ¡Libertad o comunismo! y ¡Libertad o fascismo!
En Madrid, viven 10,079 cubanos, 5,276 mujeres y 4,803 hombres, según datos del Padrón regional, actualizado a enero del año pasado, pero no todos votan porque muchos aún no son españoles y otros ya se nacionalizaron, pero sin cumplir el plazo legal estar empadronados como nacionales, antes del 1 de enero de 2021.
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Un matrimonio hispanocubano votará con sus corazones partidos por las preferencias de sus hijas jimaguas; que ejercerán su derecho al voto por vez primera, tras haber cumplido 18 años; una votará PP y la otra a Mas Madrid, uno de los tres partidos de izquierda que concurren a las urnas.
Lucía Gutiérrez, que quiere ser ingeniera, considera que el PP "garantiza mejor la igualdad de oportunidades", a partir de su propia experiencia de estudiante de la educación pública madrileña, que define como de "calidad, bilingüe, asequible y libre de dogmas"; mientras que su hermana Daniela, que pretende ser cirujana, recela del "neoliberalismo" de los populares, del "sectarismo" de Unidas Podemos, del "antiguo discurso del PSOE" y considera a Mas Madrid, la opción "menos desequilibrada" de las que concurren a los comicios.
La preferida de Daniela, debutante como electora hispanocubana, es la médico Mónica García Gómez, candidata de Mas Madrid; fruto de una purga leninista en Podemos, y que anestesió a Pablo Iglesias Turrión, nada más bajar del palacio de la Moncloa al ruedo de Madrid, que vivió como traición su mudanza del barrio obrero de Vallecas a un chalé en Galapagar con piscina y criadas, haber cobrado una indemnización estatal por su cese como vicepresidente, pese a que lo prohíben los estatutos de su partido de orientación comunista y haber cimentado su explosiva carrera política como azote de los ricos.
Las expresas simpatías de los dirigentes de Podemos hacia Hugo Chávez y Ernesto Guevara generan un amplio rechazo entre los votantes hispanocubanos e hispanovenezolanos de Madrid que, en cambio, aprecian la solidaridad del PP y Ciudadanos, con opositores al castrismo y el chavismo.
De hecho, el debate se ha instalado en redes sociales, donde unos y otros apoyan a su candidato preferido y critican a sus oponentes, aunque un ligero repaso a Facebook y Twitter permite apreciar una mayoría de internautas cubanos a favor de PP y Vox, como es el caso del grupo privado Cubanos en Madrid, donde una internauta aboga por "Votemos el día 4, no permitas que otros decidan por ti, cualquiera que sea tu opinión es importante".
Mai de Rojas recuerda que "la izquierda es violencia" y elogia la política fiscal de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y anima a los votantes a calcular cuánto tendrían que pagar si gobernara una coalición PSOE-UP; mientras otro ilustra la contradicción entre dirigentes y votantes de izquierda, con una lámina en la que se aprecia a la masa en la calle y a la nomenklatura en casa con piscina, en clara alusión a Iglesias.
"Pablo Iglesias defendiendo y hablando de "Democracia" y condenando a los sistemas autoritarios, cuando es admirador de las dictaduras de Cuba y Venezuela (...)", afirma en Twitter Félix Llerena, que se mofa de como cambian algunos candidatos en época electoral para ganar votos.
La candidata de Vox a la presidencia de la Comunidad de Madrid, la hispanocubana Rocío Monasterio San Martín (Madrid, 1974) esgrimió su pasaporte isleño, en un reciente mitin electoral, para contar sus notables desventajas frente al español, y captará parte del voto de sus iguales porque es muy coherente en su crítica hacia la dictadura de La Habana y la campaña de su partido está siendo muy acertada técnicamente para desconcierto de la izquierda que se ha puesto a la defensiva.
Monasterio ganó la simpatía de muchos cubanos residentes en España con un debate sobre la muerte de Fidel Castro, que "tuvo que llamar a un médico español para que lo salvara", pese a los alardes propagandísticos de la dictadura verde oliva de Cuba como potencia médica, desconcertando a los gusañeros y militantes de izquierda que estaban en el plató de Televisión Española.
La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, favorita en todas las encuestas electorales, cuenta con el respaldo de los padres de las jimaguas discrepantes y de otros muchos hispanocubanos, que valoran su coherencia frente a la dictadura castrista, su firmeza frente al gobierno de coalición PSOE-UP y agradecen sus esfuerzos a favor de empresas y la economía, en medio del embate del coronavirus.
Aunque no se manifiestan públicamente, una parte del voto hispanocubano irá a parar al PSOE por gratitud hacia el presidente José Luis Rodríguez Zapatero que -con su ley de Memoria Histórica y la legalización de emigrantes irregulares en España- permitió a muchos cubanos acceder a la nacionalidad europea y, a otros, conseguir sus Permisos de Residencia y Trabajo, que acabaron con su ostracismo administrativo y jurídico y posibilitaron legalizar títulos educativos y mejorar laboral y económicamente.
Pero no será un voto masivo como en elecciones más pegadas al efecto Zapatero porque ahora mismo hay hispanocubanos desencantados con su posicionamiento a favor de Nicolás Maduro, uno de los más firmes aliados del castrismo.
Otros hispanocubanos no votarán al PSOE porque rechazan la política "tibia" del presidente Pedro Sánchez Pérez-Castejón hacia La Habana, donde estuvo en visita oficial en 2018; aunque en los últimos tiempos ha propiciado cuatro conteos de protección al gobierno cubano, que mantiene una deuda impagada de más de dos mil millones de euros con España.
El gobierno español impidió la contratación de médicos y personal sanitario cubano en Cataluña y Valencia para atender enfermos de coronavirus; Bankia, entidad bancaria con una participación estatal del 14%, tras su privatización, cerró la sede de Corporación Financiera Habana; y la empresa Meliá renunció a los contratos de gestión de hoteles en Cayo Guillermo.
Fuentes gubernamentales filtraron al periódico ABC la existencia de una supuesta red de agentes de influencia de Cuba en España, con vínculos políticos probados con partidos independentistas y de izquierda en varias regiones, y monitoreados desde la embajada cubana en Madrid.
Pero el PSOE no consigue aplacar del todo el recelo de votantes hispanocubanos de Madrid, reacios a su alianza gubernamental con los comunistas de Unidas Podemos y críticos con su ofensiva anti Ayuso, a la que pretendió derribar con una Moción de censura, apoyada por Ciudadanos, porque la presidenta madrileña se ha desmarcado de las tesis de Moncloa sobre cierre por coronavirus y vacunas.
Una mayoría de hispanocubanos rechazan a Unidas Podemos (UP) porque actúa como aliados de la dictadura comunista que los exilió y sigue maltratándolos con abusivas tarifas de servicios consulares y aduaneros; aunque La Habana nunca se ha fiado de Pablo Iglesias y su tropa, a los que llama -en privado- "galleguitos revoltosos".
El fundador de Podemos Juan Carlos Monedero Fernández-Gala vivió esa desconfianza en sus carnes, cuando apareció en La Habana, sin aviso previo, en un vuelo que llevó de vuelta a etarras balseros que huyeron de Cuba a Venezuela y, en el propio aeropuerto, el entonces ministro del Interior, Abelardo Colomé Ibarra, ordenó su expulsión.
Aunque también hay hispanocubanos que votarán a UP, a partir de sus vínculos con Izquierda Unida (IU) y la Embajada de Cuba en Madrid, que los dirige a través de la Federación de Asociaciones de Cubanos Residentes en España (FACRE), cuyos miembros asisten a celebraciones de fechas castristas en la sede diplomática, reclaman el levantamiento unilateral del embargo norteamericano a Cuba y promovieron la compra de servicios médicos cubanos en Cataluña y Valencia durante la primera ola de coronavirus.
Ciudadanos, al que todas las encuestas vaticinan su desaparición parlamentaria en Madrid, al no conseguir el 5% de los sufragios válidos, será votado por hispanocubanos que militan en sus filas y que han sido concejales y cargos orgánicos del partido centrista, y por otros que valoran su firmeza frente a la dictadura comunista de La Habana, aunque no hayan entendido su alianza de última hora con Sánchez para desbancar al PP en las regiones de Murcia, Castilla y León y Madrid, mediante sendas mociones de censura que no prosperaron, excepto en la capital murciana.
En cualquier caso, las elecciones de 4 de mayo en Madrid han revitalizado la pasión política de muchos cubanos; incluso aunque no voten, pero que siguen avances y reveses de sus favoritos como una oportunidad de aprendizaje para la futura democracia en Cuba; al menos en España ya son plurales, como la vida misma.
Aunque, esta vez, se han invertido los términos y la política española parece asunto propio entre cubanos, cuando habitualmente los temas de la isla son considerados política interna en España, donde -ante reveses- se usa la socorrida expresión de Mas se perdió en Cuba y venían cantando...
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