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Una cubana, residente en la provincia de Camagüey, denunció en las redes sociales el pésimo estado del picadillo vendido por la empresa cárnica de ese territorio a la población. “Así quieren que el pueblo grite Patria o Muerte”, lamentó.
La joven, que responde al nombre de Lili Morales, denunció el hecho con un fuerte comentario y dos fotos que mostraban un producto, elaborado a base de proteína animal, de apariencia poco comestible.
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“Miren, pueblo de Cuba. Mira, gobierno que lucha para el pueblo y por el pueblo: ese es el picadillo el cárnico que le subieron el precio. Qué es eso, señores. ¡Qué asquerosidad! Y así quieren que el pueblo grite “Patria o Muerte”. Lo que hay que gritar cada día, y con más fuerza, es PATRIA Y VIDA. Esto es en Camagüey”, denunció Morales.
La publicación se hizo viral inmediatamente y los comentarios de otros internautas también avivaron la polémica. La mayoría de ellos no esperaban que se tratase de un producto alimenticio. Algunos comparaban el picadillo con la comida que se sirve a los animales de granja en Cuba, especialmente a los cerdos.
El usuario Juan Bautista agregó que el episodio no era nuevo, y citó un ejemplo distante en el tiempo, de los albores de la Revolución, donde le pueblo recibía productos similares por parte del propio gobierno:
“Esto no es nada nuevo. Hace 60 años que es lo mismo. Recuerdo, después del 1960, que comenzó a llegar carne rusa,venían unos trozos, unos pedazos blancos que según decían era carne de foca y era todo como una grasa”, explicó.
Por su parte, la internauta Neidys Odalys Blanco le sugirió a Morales, la autora del post, que desechara el “alimento” y optara por cualquier fruta o vegetal más seguro:
“Échalo a la basura, cómete un mango, un plátano, un trozo de pan arroz “pelao”, pero eso no se come, es ofensivo”, mencionó.
La crítica situación alimentaria de Cuba ha alcanzado sus peores niveles a consecuencia de un año de pandemia global y de las ineficientes medidas económicas que ha implementado el gobierno en la isla.
Desde enero del presente año, varios cubanos han utilizado las plataformas sociales que brinda internet para denunciar la escalada en los precios de los alimentos, tanto liberados como normados, y la imposibilidad de muchos para acceder a ellos.
Yelaine Martínez Herrera, periodista del diario oficialista Periódico 26, en Las Tunas, narró un episodio en su territorio, donde varios productos normados caducaron sin que pudiesen venderse a la población tras su encarecido valor.
“Mucha gente dejó de buscar el pan ayer, continúa (una bodeguera). A metros de allí, otra dependienta afirma: algunas bolsas de yogurt de soya se me echaron a perder, ahora son a 5 pesos”, escribió la periodista en su cuenta de Facebook en relación a una experiencia en la bodega de su comunidad.
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