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Casi 100 mil cubanos han salido a buscar empleo luego de que en diciembre de 2020 el gobierno de la isla anunciara los incrementos de precio que traería consigo la llamada tarea ordenamiento, que comenzó a implementarse en el país el 1 de enero pasado.
"Al cierre de este 5 de febrero 92 651 cubanos habían acudido a buscar empleo", informó el portal oficialista Cubadebate.
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Dijo, asimismo, que en el Municipio 10 de Octubre, densamente poblado, la oferta apenas logró satisfacer la mitad de la demanda.
El sitio destaca que han acudido a las direcciones municipales de Trabajo "desempleados, “interruptos”, jóvenes, mujeres de 60 años", alentados por la reforma salarial.
"Antes atendíamos diariamente hasta 15 personas interesadas en el sector estatal y poco más de 20 en el no estatal, ahora la cifra no baja de 80 a 100", explicó la directora de la dirección del Trabajo de 10 de octubre, María Isabel García Ferrer.
La ejecutiva afirma que las solicitudes no son únicamente de personas que permanecían en la informalidad, sino también de cuentapropistas que se han visto en la necesidad de emigrar al sector estatal.
“También hemos recibido personas que eran cuentapropistas y han querido 'permutar' al sector estatal, por la nueva escala salarial y la jubilación”, expresó.
Aunque la directora de Empleo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Ingrid Travieso Rosabal, asegura que ese aumento en las solicitudes es un efecto esperado tras el "incremento del salario" que trajo consigo la llamada Tarea Ordenamiento, el mismo portal ha tenido que reconocer que los altos precios de los productos y servicios y la eliminación de los subsidios en el país han obligado a la gente a buscar empleo.
Familias completas, con varios hijos, y en un escenario de inflación, donde “una mano de plátano puede costarte 25 pesos”, se vieron obligadas a cambiar su modo de vida, explica el portal digital del gobierno cubano.
El cierre total o parcial de muchos pequeños negocios y de entidades dedicadas al turismo, así como los nuevos precios en la isla han sido el principal detonante de esta realidad.
Con el proceso de unificación monetaria que entró en vigor el primero de enero, los salarios en Cuba subieron pero el impacto real en la vida de los ciudadanos fue desfavorable en comparación con la inflación que estableció el régimen en la isla.
El gobierno cubano fijó el salario mínimo en 2100 pesos cubanos (CUP), 4.9 veces el valor anterior y alrededor de 87 dólares al cambio previsto de 24 por 1. Sin embargo, los productos y servicios elevaron entre 5 y 13 veces su valor, dejando por descontado que el salario real, ciertamente, disminuyó.
Muchas familias han tenido que recortar sus comidas, y algunas madres han dejado de enviar a sus hijos a la escuela porque no les alcanza para comprar la merienda y pagar el precio del transporte.
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