El trovador Ray Fernández canta las victorias de Alpidio Alonso y se burla de los cubanos que piden su dimisión

Inspirado en semejante grosería y pérdida de papeles de un servidor público, Fernández ha compuesto una décima donde celebra los reflejos y técnicas de combate del ministro Alpidio

Ray Fernández © Facebook / Ray Fernández
Ray Fernández Foto © Facebook / Ray Fernández

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Este artículo es de hace 3 años

El trovador cubano Ray Fernández, conocido por su tema Lucha tu yuca taíno y su peña en la Casa de la Música El diablo tun tun, ha mostrado públicamente su admiración por el gesto agresivo y violento protagonizado por el ministro de Cultura Alpidio Alonso Grau contra un periodista independiente.

Inspirado en semejante grosería y pérdida de papeles de un servidor público, y cobijado a la sombra de la impunidad que ofrece pertenecer al coro de los que aplauden el despotismo iletrado de la seguridad cultural del Estado, Fernández ha compuesto una décima donde celebra los reflejos y técnicas de combate de un ripio con guayabera y privilegios de ministro.


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Captura de pantalla del post de Ray Fernández / @salyazuquita

“Qué ministro tan veloz / Ese es el mío… es un caballo / Fulminante como un rayo / Al móvil le dio una coz / El reportero precoz / Perdió el celular por zonzo / Se merecía el responso / Y recibió en buena lid / Un flash de Karate-Kid / A manos de Alpidio Alonso”, escribió Fernández en un post que ya no aparece visible en su Facebook.

Santaclareño de nacimiento, pero habanero de Alamar de adopción, Fernández saltó a la fama después de componer una canción que se convirtió en un fenómeno viral y que criticaba la realidad del país en los primeros años del siglo XXI.

“¡Ay! que se nos prostituyen las taínas”, lamentaba en uno de sus versos el trovador que, aplicándose el cuento de su temita, decidió concentrar sus energías creativas en luchar su yuca a cualquier precio, sin consideraciones éticas relacionadas con la falta de libertades que han contribuido a la pobreza material y espiritual de los cubanos.

Bajo el seudónimo de El Guajiro de El Crucero, Fernández publicó desde 2005 una columna titulada Donde quieres que te ponga el plato, para la revista digital oficialista La Jiribilla. Y durante una década, ha tenido el privilegio de poder organizar una peña para “descargar” frente a su público en el selecto espacio de la Casa de la Música.

Sin embargo, Fernández también perteneció al irreverente grupo Omni Zona Franca, creado por un grupo de poetas, graffiteros, pintores, artistas performáticos, raperos y cantautores que mezclaban el hip-hop con la cola del “camello” y “un relajo existencial post- rusos” que reflejaba irónicamente el hastío de una generación de creadores allá por los finales del siglo pasado.

Resulta curioso ver ahora que, de aquella heterogénea agrupación unida por el sentimiento común de hartazgo frente a una realidad opresiva, salen artistas con discursos tan opuestos como el de Fernández, que aplaude al ministro Manotazo, o el poeta Amaury Pacheco, quien fuera detenido al salir de su casa camino al Ministerio de Cultura, el 27ENE. O el contraste entre este adocenado “taíno maldito” que bate palmas por Alpidio y la actuación y compromiso de David D OMNI en el concierto del rapero Maykel Osorbo de este 28 de enero.

Contrasta también el posicionamiento de Fernández con el asumido por un maestro del género como Pedro Luis Ferrer, quien expresó públicamente su más “profundo rechazo” al uso de la fuerza por parte de funcionarios del MINCULT contra cubanos que solo “desean expresar pacíficamente sus demandas ciudadanas”.

“Los manotazos sirven para no tener que discutir lo que no te conviene; pero -sobre todo- para ignorar la demanda proveniente de aquellos que no tienen poder para imponerla. Quien, desde posición de poder, lanza el exabrupto, convencido de que lo recibirá alguien que profesa la filosofía de la no violencia, es un calculador consciente”, manifestó en un texto publicado en su Facebook bajo el título El manotazo fundamentalista.

"¡Soy cubano, artista, músico, poeta… y no puedo hacer silencio ante lo que acontece en la isla”, aclaró Ferrer en una publicación en la que manifestó sentirse triste y muy preocupado por el “destino espiritual” del pueblo cubano.

Mientras unos poetas sufren el estado de cosas en las que ha sumido al país la “continuidad” de una ideología que solo sirve para perpetuar en el poder a la élite que ostenta la propiedad de la nación y la marca registrada Cuba, hay otros versificadores que, con mayor o menor fortuna, riman para los oídos de los poderosos, esperando ver qué puertas se le abren. Vista la destreza del samuRay y su musa para rimar Alpidio Alonso con zonzo, quizás en el futuro se le abran las de un despacho del ministerio de Cultura.

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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