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Los Joven Club de Computación y Electrónica (JCCE) comenzarán a cobrar por el acceso a las redes wifi creadas por SNet, la popular y exitosa red inalámbrica privada que fue desmantelada por el gobierno cubana en 2019 para asegurar el control estatal sobre los servicios informáticos en el país.
Según un comunicado oficial reproducido por el portal CubaDebate, “a la luz del proceso de ordenamiento de la economía y dada la aceptación del servicio, el cobro se hará efectivo a partir del 1ro de febrero de 2021. Los usuarios podrán abonar la tarifa mensual, de 20 CUP, o si lo desean podrán realizar el pago anticipado de hasta un año de servicio”.
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"En los primeros tres meses, desde “el mes de febrero y hasta el mes de mayo, los usuarios podrán pagar el servicio de dos formas: directo en las instalaciones, con el instructor que se encuentre frente a los servicios, o mediante la recarga de su cuenta de Joven Club a través de Transfermóvil. A partir del mes de junio el pago se realizará solo mediante las pasarelas de pago electrónico existentes en el país", precisó el comunicado.
La información de CubaDebate indica que existen 28 000 usuarios, los que representarían una recaudación mensual de 560.000 pesos cubanos. Sin embargo, es un hecho que Tinored, la plataforma oficial sustituta de SNet, tomó toda la infraestructura, el modelo y una parte de los usuarios de la red privada anterior.
Los servicios de esta red de los JCCE incluye video-juegos en red, una versión estatal del Paquete Semanal llamada Mi mochila, una red social llamada Tendedera, la enciclopedia cubana Ecured, y servicios de mensajería y correo electrónico nacional, entre otros.
A mediados de 2019, entraron en vigor las Resoluciones 98 y 99 del Ministerio de Comunicaciones (MINCOM), que establecieron que los cubanos podían administrar redes privadas e inscribirse como cuentapropistas a través de una licencia, pero con varias condiciones.
Entre los requerimientos figuraban la necesidad de controlar los contenidos en favor de los intereses del gobierno cubano, y el establecimiento de un límite para las redes inalámbricas que no sobrepasara los 100 milivatios. También se prohibían las redes malladas y los cables que necesariamente cruzaban las calles para ampliar el servicio.
El cruce de cables en las calles fue lo que provocó el desmantelamiento y la cancelación de la popular SNet, que llegó a tener alrededor de 40 mil usuarios en varios municipios de La Habana.
Los jóvenes cubanos que habían dedicado años al mantenimiento y expansión de la red privada protagonizaron varias protestas ante la sede del MINCOM en La Habana, pero finalmente fueron silenciados y obligados a fragmentarse.
Antes de esa prohibición, los JCCE del estado cubano no contaban con un servicio de red inalámbrica wifi como alternativa a las carencias de internet, sino que adoptaron la lógica y la experiencia SNet para, después de un año gratis, empezar a cobrar por los servicios que usurparon.
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