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Cientos de chilenos se concentraron en Santiago este sábado para mostrar nuevamente su rechazo a la posible aprobación de una nueva Constitución en el país austral y defender la actual Carta Magna, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
“Rechazo, rechazo, no quiero miseria. No seremos Cuba ni tampoco Venezuela”, gritaba un hombre por un megáfono, según la agencia de noticias AFP.
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El lema del “Rechazo” constituye la opción en el plebiscito del próximo 25 de octubre para que no se cambie el texto fundamental del país austral.
Algunos manifestantes dijeron que se debía tomar de referencia al presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Incluso vestían gorras con el lema "Make Chile great again" ("Hacer Chile grande de nuevo", en inglés), adaptando la frase de campaña del líder republicano.
“El mundo cada vez está tomando su propio camino, están los globalistas y estamos los patriotas que queremos defender [nuestro país]. Trump es un camino a seguir de lo que cada país debe hacer para que el país crezca y sea un lugar con no tanta desigualdad y se pueda vivir en paz”, indicó a la AFP Rodrigo Bejarano, de 55 años.
Bejerano expuso que no deseaba una nueva Constitución porque “no es lo que necesita Chile”, ya que la vigente permitió por 40 años que el país haya “sido ejemplo en Latinoamérica”. Algunos manifestantes vestían camisetas con la cara de Pinochet, otros tenían parches con simbología nazi, de acuerdo con el citado medio.
Una de las protestantes calificó al mandatario chileno actual, Sebastián Piñera, como un "enemigo" de la opción del "Rechazo".
“Yo le di mi voto al presidente Piñera. Jamás se lo volvería a dar porque es un ser humano sin valores, los perdió. Dice una cosa y hace otra. Prometió antes de su mandato 10.000 cosas y no ha cumplido nada. Hoy día gobierna para la izquierda”, afirmó.
Sin embargo, un sondeo publicado el viernes por la Universidad de Chile, expone que el 82% de los chilenos estaría a favor de la redacción de una nueva Constitución, foco de las críticas durante las protestas que estallaron el pasado 18 de octubre en contra de la desigualdad, y que provocaron una oleada de violencia con una treintena de muertos y miles de heridos y detenidos.
A pesar de ello, algunos sectores muestran su inconformidad, especialmente a partir de las experiencias de Cuba y Venezuela, que en nombre de la igualdad han terminado por extender la pobreza a toda la sociedad hasta niveles insospechados.
“Nuestra Constitución, que lleva más de 40 años, nos ha permitido mantener nuestro país con sólidos principios de democracia y de libertad. ¿Para qué vamos a cambiar una Constitución que nos ha servido por todos estos 40 años? Lo único que hay que hacer, si fuese posible, es reformar algunas leyes, pero no cambiar la Constitución”, expresó un manifestante en una protesta anterior.
“Mientras Chile exista, jamás será marxista”, corearon miles de personas en marzo, durante otras protestas que pudieron encontrarse en Twitter agrupadas por el hashtag #Rechazo, dando cuenta de manifestaciones desde varios puntos del país austral.
Cuba y Venezuela sufren actualmente una profunda crisis económica, marcada por sanciones desde Washington. Los cubanos perciben hoy un salario mensual que ronda los 30 dólares, mientras que el régimen de Nicolás Maduro, a principios de año, aumentó el sueldo mínimo a unos 3,7 dólares.
En 2019, Chile experimentó una espiral de violencia por una serie de protestas contra la administración de Sebastián Piñera. El propio mandatario reconoció que se habían cometido abusos durante el control de las autoridades para contener las acciones de los manifestantes.
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