Port Everglades, el puerto de Fort Lauderdale, Florida, parece un concesionario de vehículos de alta gama al tener en exhibición 81 autos -por valor aproximado de 3.2 millones de dólares- recientemente incautados en la zona de despacho de carga durante un operativo de las autoridades de Estados Unidos contra el contrabando automotor internacional.
Los dos vehículos incautados más caros son un Mercedes Benz Clase G ($ 150.000) y un Lexus negro ($ 86.000).
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También hay un cupé deportivo Jaguar F-Type (unos $ 60.000), varias Toyota Tundra ($ 60.000), un Range Rover ($ 90.000) y varios otros modelos cuyo precio oscilan entre los 10.000 y los 40.000 dólares.
En conferencia de prensa ofrecida este miércoles, John Tobón, jefe adjunto de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de Miami, indicó que los vehículos incautados “tienen elementos que distinguen su uso oficial, ya sea para la policía o servicio de inteligencia”.
Precisó que fueron comprados “a través de cuentas que están identificadas con esquemas de lavado venezolano”. Al ser interrogado sobre la reacción del gobierno de Nicolás Maduro, el funcionario contestó que no sabe si el gobierno de Venezuela se ha pronunciado.
Tobón añadió que los vehículos “fueron incautados porque fueron comprados con dinero proveniente de la corrupción y otros crímenes”; que la investigación empezó en abril, y que estos son apenas los primeros resultados de una trama que se prevé mucho más compleja.
Añadió que inicialmente recibieron una información de autoridades extranjeras que alertaron de la procedencia de las cuentas con que fueron comprados los vehículos, y que durante el proceso de investigación llegaron a la conclusión del esquema fraudulento.
El cargamento de vehículos, con destino a Venezuela, incluiría un lote para uso de la policía de Nicolás Maduro, según confirmó ayer una autoridad federal a CiberCuba, que precisó que “la operación ha sido un duro golpe a la exportación fraudulenta hacia Venezuela y al contrabando de autos en beneficio del régimen de Nicolás Maduro”.
El grupo de vehículos, equipados con luces, sirenas y otros dispositivos especiales, eran enviados a la Policía Nacional Bolivariana, principal fuerza de seguridad civil en Venezuela bajo el mando del general Elio Estrada Paredes, según reveló la misma fuente a nuestro medio.
El operativo federal se realizó el pasado 16 de junio y contó con la participación de investigadores del Grupo de Activos Ilícitos y Corrupción Extranjera del DHS en Miami, y agentes de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP).
Las autoridades detectaron que los vehículos estaban siendo exportados de manera fraudulenta en violación de las leyes comerciales de Estados Unidos.
Los autos fueron comprados por intermediarios en transacciones ilegales, y algunos de ellos ya enfrentan una acusación criminal ante tribunales norteamericanos.
El contrabando de autos hacia Centro y Suramérica es un delito frecuente en los puertos de Estados Unidos, particularmente desde Miami y Fort Lauderdale. Los vehículos se embarcan en contenedores con la colaboración de compañías de exportación y los envíos deben someterse a chequeos rutinarios en los puertos de salida por parte de agentes del CBP.
El operativo forma parte de la ofensiva política y comercial de la administración de Donald Trump contra el régimen de Maduro, que incluye el encausamiento de altos funcionarios del régimen venezolano en tribunales de Estados Unidos.
También incluye el cerco al comercio petrolero, y la incautación de propiedades de figuras vinculadas a casos de corrupción y lavado de dinero.
Trump visitará este viernes en el Comando Sur, en Miami, para pasar revista a la operación militar lanzada por Estados Unidos en abril para enfrentar a los carteles de la droga y los ingresos ilícitos del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
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