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La teleserie La Botija recibe tal título debido a una botija llena de dinero, que le deja un gallego al protagonista, que se llama Teo, y que desde niño debió separarse de su madre, una prostituta obligada por las circunstancias a mandarlo a casa de la abuela donde su tío le hace la vida imposible, pues lo maltrata y lo obliga a realizar labores excesivas para suy edad.
Teo huye de los maltratos del tío y entonces se encuentra con un gallego solitario que lo adopta como un hijo y él lo llega a querer como el padre que nunca tuvo. Este gallego es precisamente quien le deja la botija mencionada antes, y que se convertirá en el centro de su vida futura.
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Filmada en localizaciones de la Sierra Maestra, con la producción ejecutiva de los Estudios Granma y de los Estudios Fílmicos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, La Botija significó 21 capítulos de 45 minutos cada uno, al aire desde el mes de julio de 1990. En términos concretos la serie presentaba un rigor artístico bastante desconocido en la televisión cubana, pues se concibió y rodó al modo de un filme.
Dirigida por Danilo Lejardi, con guion de Gerardo Fernández, La Botija contaba con el esfuerzo de especialistas talentosísimos en cada rubro, la mayor parte de ellos con experiencia en el cine: la dirección de arte estuvo a cargo de Derubín Jacome; en el diseño del vestuario, Diana Fernández; en la escenografía y ambientación trabajó Onelio Larralde, y Ángel Alderete hizo la cinematografía, muy elogiada en su momento.
Un tema musical también titulado La Botija, e interpretado por Donato Poveda (uno de los cantautores más populares de aquel momento) presentaba la serie, cuyo estelar reparto estuvo integrado por noveles y consagrados: Darío Fernández (Teo niño), Vladimir Cruz (Teo joven), Jacqueline Arenal (Elvira joven), Miguel Gutiérrez (El Gallego), Andrés Cortina (Tafiá), Isabel Santos (Martica/Mascavidrio), Luisa María Jiménez (Madre de Teo).
Al estelar reparto mencionado se añadían las actuaciones de Isabel Moreno (Tía de Teo), Patricio Wood (oficial rebelde), Raúl Eguren (Padre de Elvira) y Luis Alberto Ramírez (Tío de Teo), además de las apariciones especiales de Mario Balmaseda (amante/proxeneta de la madre de Teo), Herminia Sánchez (Abuela de Teo).
Resulta inexplicable que, a pesar de contarse entre las teleseries cubanas más recordadas por su altísimo nivel histriónico y dramático, La Botija haya sido retransmitida en tan pocas ocasiones, si es que alguna vez ocurrió. Es probable que el desconocimiento, la escasez o la indolencia hayan permitido que los originales se estropearan, como le ha ocurrido a tantos otros programas televisivos de alto valor patrimonial. De todos modos, hay disponibles varios clips de la serie en el sitio creado por su realizador Danilo Lejardi, al cual se accede por el link: https://lejardi2010.wordpress.com/
Los Estudios Fílmicos de las FAR produjeron no solo La Botija, sino también la popular serie Algo más que soñar y el largometraje Madrigal del inocente. Respecto a la serie que nos ocupa, cuyo recuerdo quisiéramos reactivas en la memoria de los cubanos, fue tanto el entusiasmo que provocó en el gremio audiovisual cubano de 1990 que el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano le entregó los premios Coral de dirección de fotografía (Ángel Alderete), dirección de arte (Derubín Jacome), mejor interpretación femenina (Isabel Santos), música para Serie TV (Donato Poveda), y sonido TV (Omar Hechavarría/Lizette Vila).
Además, los Premios Caracol de la UNEAC la destacaron como la mejor serie de televisión de ese año, la mejor dirección, fotografía, escenografía, vestuario, música, edición y sonido, mientras que los Premios de Artes Escénicas reconocieron los desempeños de Miguel Gutiérrez en el papel del gallego, Luisa María Jiménez como la madre de Teo, y de Darío Fernández por el personaje de Teo niño.
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