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El artista plástico y diseñador Ismael de la Caridad atesora cientos de objetos personales vinculados a la vida y obra de la vedette de Cuba, Rosita Fornés, fallecida el pasado miércoles en Miami a los 97 años de edad.
En declaraciones a la Televisión Nacional, Ismael afirma que tiene una amplia colección reunida durante los más de 30 años de trabajo con la diva cubana, a quien diseñaba los vestuarios que la hicieron brillar en varios escenarios del mundo.
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Resguarda, entre otras hermosas piezas, el vestido y los abanicos de la última "Viuda Alegre" que cantó la artista en el teatro lírico, un atuendo especialmente diseñado para ese día.
También un vestido usado en un teatro de Nueva York, donde la actriz, modelo y cantante se presentó interpretando una canción española; las peinetas usadas en "La verbena de la paloma"; y los finos tocados de fantasía de Tropicana.
En la colección están, además, los zapatos que usaba la Fornés para su interpretación del popular musical estadounidense "Hello Dolly", así como sombreros, accesorios de varias épocas, y diseños creados para Rosa.
Las paredes del local donde Ismael intenta mantener a salvo estos recuerdos están decoradas con carteles y premios ganados por la gran vedette a lo largo de su carrera artística.
De acuerdo con el diseñador, las piezas son regalos de Rosita, quien le iba dejando sus trajes.
Asegura que trabajó con la popular artista durante 30 años en los que se dedicó a coleccionar cientos de objetos personales vinculados a su obra.
"Era una persona tan humilde que no entendía que algo de ella podía ser importante para generaciones posteriores", explicó.
Asimismo, afirmó que aspira a que esta amplia colección sea rescatada para que el público más joven pueda acceder a parte de la historia de la vedette, a través de un museo dedicado a la artista.
"Espero que sea un museo interactivo donde el público pueda estudiar la obra de Rosita, tenga escenario para que artistas puedan interpretar operetas, zarzuelas, y se acerquen no solo a su carrera sino a la época donde ella brilló", explicó.
Actualmente, tras conocerse el deceso de quien fuera considerada durante mucho tiempo la mujer que más géneros artísticos recorrió en Cuba, Ismael se encuentra restaurando la colección, cuyo valor estima incalculable para los amantes de los escenarios de la isla.
Para algunos críticos y periodistas de la isla, con la muerte de la Fornés desaparece la memoria viva de una época de esplendor en el mundo escénico, el teatro de variedades y el cine en Iberoamérica.
Esta mujer, cuya belleza en las décadas de mediado del pasado siglo era comparable a la de famosas actrices de Hollywood como Marilyn Monroe, fue una figura admirada popularmente en Cuba por más de siete décadas de quehacer artístico.
La noticia de su fallecimiento conmovió a generaciones de cubanos e incluso varios de ellos se han pronunciado por renombrar el icónico teatro de La Habana Karl Marx para que de ahora en adelante sea el Teatro Rosa Fornés.
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