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Cuba desarrolla un proyecto para repoblar los arrecifes dañados por el calentamiento global y la acción humana en Guanahacabibes, Pinar del Río, a través de la siembra de corales.
La doctora en Ciencias Dorka Cobián Rojas, responsable del programa de monitoreo e investigación científica explicó a Guerrillero, que esta siembra de corales se realiza en 24 estructuras arrecifales donde se insertan fragmentos de coral que progresan poco a poco.
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Las siembras se controlan cada tres meses y reciben mantenimientos de limpieza de las estructuras para protegerlos de otros organismos marinos. Una vez alcanzan el tamaño adecuado son trasladados al arrecife natural. La mayoría de las colonias trasplantadas han sobrevivido.
En el mantenimiento de los viveros participan buzos voluntarios, entre ellos los del Centro de Buceo de María la Gorda, quienes además brindan información sobre eventos como ciclones o el blanqueamiento de los corales, problema asociado al aumento de las temperaturas del agua en el verano.
Hasta la actualidad Guanahacabibes y el Acuario Nacional de Cuba son los dos únicos lugares con viveros de Acropora cervicornis, especie declarada en peligro crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
El proyecto de Guanahacabibes tiene la singularidad de haberse iniciado durante el mandato de Barak Obama. En aquel momento el Acuario Nacional de la isla suscribió un acuerdo con el Acuario de Florida por el que buzos de ambas naciones construyeron un vivero para sembrar corales.
Anclaron, en los fondos marinos del occidente cubano 20 árboles capaces de sostener hasta 60 fragmentos coralinos.
Actualmente el Parque Nacional de Guanahacabibes de conjunto con el Acuario Nacional de Cuba, el Centro Nacional de Áreas Protegidas y el Centro Internacional de Buceo María la Gorda continúan impulsando el proyecto.
Los arrecifes coralinos cubanos están entre los mejor conservados en la región del Caribe. Sin embargo, se han visto seriamente afectados en los años recientes producto de factores ambientales y humanos.
"Este proyecto que estamos llevando a cabo tiene como objetivo ayudar al arrecife a recuperar sus funciones ecológicas, ecosistémicas y aumentar la biodiversidad de los corales", dijo Pedro Pablo Chevalier, jefe de Biodiversidad del Acuario Nacional de Cuba a Reuters.
"Trabajamos de conjunto en la restauración de arrecifes y el cultivo de corales", dijo Chevalier, quien siente que la llegada de Donald Trump al poder congelara la colaboración bilateral por su política de reforzamiento de sanciones a la isla.
Fondos marinos cubanos muestran efectos de décadas de sobrepesca y contaminación
Una de las prácticas que más daña al arrecife es la pesca de arrastre que está prohibida incluso en algunas regiones del planeta. Sin embargo, en Cuba se lleva a cabo, por ejemplo, para la pesca del camarón.
En el 2019 se firmó la primera Ley de Pesca tras 60 años de gestión del régimen de los Castros. Los pescadores por cuenta propia han sido considerados finalmente en el texto.
Se calcula que cerca de 2500 personas practican la pesca ilegal en Cuba y esto también ha tenido un efecto evidente en la biodiversidad de los arrecifes coralinos de su plataforma insular.
Los arrecifes de coral están entre los ecosistemas más complejos y delicados del planeta. Son valorados por la diversidad biológica que los habita y también por la que depende de ellos, que es aproximadamente el 25 por ciento de la vida marina.
Uno de los principales problemas de los corales es la alta temperatura del agua marina que causa el "blanqueamiento de corales" y provoca una considerable mortalidad de estos organismos.
El blanqueamiento de corales es un evento que puede revertirse si las temperaturas del agua vuelven a bajar a los niveles habituales. Los corales recuperan su color y el arrecife continua su desarrollo.
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