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CARACAS, 1 jun (Reuters) - Venezuela empezó a implementar el lunes un sistema de precios del combustible que revierte en gran medida la política de fuertes subsidios que imperó por décadas en el país, dejando largas colas y conductores confundidos mientras el gobierno busca poner fin a la escasez con gasolina importada de Irán.
La gasolina barata se ha considerado por largo tiempo casi un derecho de nacimiento en el país miembro de la OPEP, pero la sequía de las estaciones de servicio en los últimos meses debido a la muy baja refinación doméstica, y a las sanciones estadounidenses para sacar del poder al presidente Nicolás Maduro han dejado a los conductores con los tanques vacíos.
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Desafiando las amenazas de Estados Unidos, Irán envió una flotilla de cinco tanqueros con combustible a Venezuela, que han estado llegando desde la semana pasada, y ese país dijo el lunes que mandaría más si Caracas lo solicita.
El lunes más tarde, Maduro anunció que pronto viajará a Irán para firmar acuerdos de cooperación de energía, del área militar, entre otros. "Estoy obligado a ir para agradecer personalmente al pueblo", dijo el mandatario al mencionar los cargamentos, pero no precisó fecha de la visita.
El gobierno anunció el sábado un sistema de dos niveles en el que los conductores pueden comprar hasta 120 litros de gasolina en moneda local por mes a un precio equivalente a 0,025 dólares por litro, y al superar la cuota deben pagar hasta 0,50 dólares por litro. Ese último precio en principio solo se cobra en 200 estaciones que venden sin restricción de volumen.
"El litro 121 lo pagará a un precio no subsidiado a valor referencial, internacional, de 50 centavos de dólar o su equivalencia, lo puede pagar en bolívares, en petros, en divisas convertibles", dijo el ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, en una declaración por la televisión estatal.
El funcionario aclaró que la venta no está condicionada y que los usuarios pueden cargar 120 litros, o la cantidad que soliciten, que se pagará de acuerdo a las tarifas.
La escasez aguda había alentado recientemente un mercado negro que obligaba a las personas a pagar al menos dos dólares por litro.
El nuevo plan generó dudas entre los trabajadores y consumidores en todo el país en su primer día de implementación. A las 09.00 hora local varias gasolineras en Caracas seguían cerradas mientras personal y fuerzas de seguridad supervisaban la distribución en medio de la confusión, a la espera de instrucciones de la estatal Petróleos de Venezuela.
"Tenemos gasolina, pero no está claro si estamos vendiendo a un precio (subsidiado) o dolarizado", dijo Jefferson Suárez, un militar que organizaba una fila en una estación del este de Caracas.
Fuera de Caracas, el comienzo del nuevo sistema fue aun más tortuoso. En el estado fronterizo de Táchira, muchas estaciones no abrieron, mientras que en las ciudades occidentales de Barquisimeto y Maracaibo se quedaron rápidamente sin gasolina a precio subsidiado.
El presidente de PDVSA, Asdrúbal Chávez, reconoció que "todavía hay cosas que debemos solucionar en este proceso". En entrevista en la televisión estatal, el funcionario agregó que "le pedimos a nuestra gente un poco de paciencia mientras corregimos estos pequeños detalles".
¿BOLÍVARES O DÓLARES?
El pago del combustible subsidiado, del cual los vehículos estaban surtiendo hasta 30 litros en la mayoría de las 1800 estaciones del país, se complicó aun más por el mal funcionamiento de las máquinas de pago electrónico y la escasez de moneda local, lo que llevó a algunas gasolineras a cobrar en dólares.
Esta semana también arrancó una flexibilización de la cuarentena nacional que permitió abrir a los bancos, que solo daban en efectivo un máximo de 100 000 bolívares, el equivalente a 0,50 dólares, insuficiente para llenar el tanque de un vehículo incluso al precio subsidiado.
En muchas bombas pedían una tarjeta de identificación venezolana y una cuenta bancaria para comprar combustible al precio subsidiado, mientras que otras requerían que los vehículos estuvieran registrados en el "Sistema Patria", una base de datos utilizada por el gobierno para administrar los beneficios de asistencia social.
Después de un período inicial de 90 días, los conductores que deseen comprar gasolina a la tarifa más baja deberán mostrar un "Carnet de la Patria" afiliado al sistema. Grupos de derechos humanos han expresado su preocupación de que el gobierno de Maduro use las tarjetas como herramienta de control social.
(Por Sarah Kinosian y Deisy Buitrago. Reporte adicional de Deisy Buitrago en Caracas, Anggy Polanco en San Cristobal, Mariela Nava en Maracaibo, Keren Torres en Barquisimeto, Tibisay Romero en Valencia y Marianna Párraga en Ciudad de México. Escrito por Mayela Armas, editado por Javier Leira)
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