¿Está Cuba en una situación extrema? Sí, según la Ministra de Educación

Hace solo dos semanas la Ministra de Educación afirmó que solo se cerrarían las escuelas en caso de una situación extrema.

Ana Elsa Velázquez Cobiella, Ministra de Educación de Cuba © Granma
Ana Elsa Velázquez Cobiella, Ministra de Educación de Cuba Foto © Granma

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Este artículo es de hace 4 años

Lamentablemente para Ana Elsa Velázquez Cobiella, Ministra de Educación de Cuba, la palabra escrita y publicada en papel o en internet, no se evapora. Es una espada de Damocles sobre las cabezas de funcionarios públicos que eligen soltar la lengua cuando todo está bien. O cuando creen ellos que está bien.

En su edición del 13 de marzo, hace solo dos semanas, el diario oficialista Granma daba cobertura a un encuentro de la dirigente de la educación en el país con los periodistas de ese sector, a propósito del Día de la Prensa Cubana. El titular de la nota periodística era: "Solo en situación extrema se valorará cierre de las escuelas en Cuba, dice Ministra de Educación".


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Todos los padres de alumnos de todas las escuelas del país deben ser conscientes de la gravedad de esta sentencia, ahora que las escuelas, en efecto, han sido cerradas.

Artículo del Diario Granma / Foto: Granma

Porque la argumentación que usaba la funcionaria Velázquez Cobiella cuando veía un panorama seguro y feliz para sus educandos, la toma a ella misma hoy como rehén y sirve para darnos una idea de cuán grave es la situación, aunque no se diga, o cuán incompetente puede llegar a ser un Ministro de Educación en Cuba.

Si la situación de hoy no es extrema, Ana Elsa Velázquez Cobiella debería responder por ello. Habría emitido una declaración falsa, o habría estado pésimamente informada. Notable ironía que tuviera mala información cuando saca tiempo incluso para festejar el Día de la Prensa Cubana.

Si Ana Elsa Velázquez Cobiella dijo lo correcto hace dos semanas, el país está hoy en una crisis extrema y al igual que en China, se están escamoteando los datos.

Para medir la magnitud de lo que podría estar pasando hoy en Cuba, nos sirve también la comparación que hacen Granma y la Ministra de Educación, con la llegada del H1N1 al país.

"Cuando en nuestro país apareció el H1N1 muchas personas pensaron que el curso escolar se iba a detener, lo cual no sucedió (...) Puede que un día tuviéramos en una escuela un 60% de asistencia, pero las escuelas no se pararon, ni hubo contagio por las medidas que se adoptaron".

Dos semanas después, este lunes, el recién estrenado Primer Ministro Manuel Marrero Cruz anunciaba lo que no ocurrió cuando el H1N1 llegó a Cuba. El curso escolar, en efecto, se detenía por un mes. Lástima que no haya hoy otro motivito de la prensa cubana, estoy seguro de que la ministra estaría encantada de explicarnos su versión.

Si hasta el 13 de marzo las medidas marca registrada de la casa, tipo cubeta de agua en los pasillos para combatir coronavirus, funcionaban tan bien en las escuelas que no había por qué pensar en cerrarlas como prevención a la pandemia, ¿qué cambió?

Si hasta el 13 de marzo la máxima autoridad de las escuelas cubanas decía que con enseñarles a los niños a toser, y con la limpieza general de los centros “orientada desde hace años”, alcanzaba para derrotar al coronavirus, ¿qué cambió?

Yo sé que los periodistas cubanos están a tope, trabajando sin descanso en función de lo más importante. Proteger la imagen del poder. Me consta. No lo consiguen, pero el esfuerzo es lo que importa, y ese se ve.

Pero si luego de ese extenuante empeño les sobrara un minutico de sus adustos tiempos, no estaría de más contarles a esos padres que respiraron aliviados con las palabras de la Ministra de Educación, qué ocurrió con la seguridad y la intocabilidad del curso escolar.

Un país con un preocupante envejecimiento a nivel poblacional (20.7% de adultos mayores de 60 años entre 11 millones de habitantes), con carencias tan elementales como el agua corriente, de repente tiene un simple presentimiento y cambia de parecer y cierra fronteras, vendutas, escuelas y la madre de los tomates. ¿Funciona así?

Cuba declara hasta este instante 48 contagios, una muerte, mil 229 ingresados aislados, y treinta y tres mil 132 en observación, desde sus casas.

Hasta el momento, ningún funcionario ha explicado ni siquiera lo más sospechoso de todo: Esos mil doscientos y tantos ingresados, aislados, que permanecen por varios días en esas condiciones de rigor total. Pero no tienen coronavirus.

¿Raro, verdad? En el mundo se ingresa y se aísla por estos días únicamente a quienes dan positivo al test de infección. Cuba va tan sobrada que ingresa y aísla por pura prevención, no porque todo apunte hacia lo evidente.

Tengo todas las ganas de este mundo de equivocarme. Pero un elemental ejercicio de lógica me hace sospechar que la situación extrema que, según la ministra Velázquez Cobiella, sería el responsable de una interrupción escolar, se oculta detrás de esos mil doscientos tantos ingresados.

Por no hablar de los 33 mil en simple vigilancia desde el hogar.

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Ernesto Morales

Periodista de CiberCuba


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