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La joven cubana Beatriz Batista, practicante del islam, manifestó su indignación por un suceso que vivió en la mezquita a la que acude cada viernes.
Este fin de semana la joven llegó un poco más temprano de lo habitual a la sede religiosa y la encargada de la seguridad del lugar no le permitió ir al baño para ponerse el hiyab (velo).
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La agente de seguridad dudó que ella fuera musulmana y, aún respondiendo que sí, la señora le dijo que hasta que no llegara Samir no podía entrar a la mezquita porque él era quien tenía las llaves. Tampoco la dejó esperar en el lobby de la instalación y tuvo que permanecer en el parque hasta casi la una de la tarde.
"Según el reglamento no puedo sentarme allí", dice la joven cubana.
El asombro de la joven fue cuando vio a una pareja de musulmanes que si fueron autorizados a estar en el lobby de la mezquita. Al acercarse se percató que también tuvieron acceso al baño, por lo tanto aprovechó para ir ella y ponerse su yihab.
Una vez en el baño de las mujeres, escuchó la voz del hombre que junto a su esposa se fumaban un cigarro. La joven le reclamó a la custodia y el hombre se justificó diciendo que Samir los había autorizado.
"Este tipo de persona no debería ser la bienvenida de una institución religiosa. No discriminemos y no tengamos prejuicios porque es más probable que una mujer que no usa hiyab (velo) sea más musulmana que otra que lo lleve puesto", finalizó.
Beatriz Batista participó este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en un encuentro que organizaron las féminas musulmanas de la isla.
En el encuentro se habló de violencia, de fundamentalismos y de cómo compaetir ideas y espacios entre mujeres de diferentes religiones.
La joven cubana también es defensora de los animales en La Habana y fue quien denunció que la emisora cubana Radio Progreso le prohibió hablar sobre la marcha contra el maltrato animal en abril del pasado año.
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