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La artista y escritora cubana Coco Fusco escribió una "Carta abierta a los artistas cubanos", con el fin de reflexionar sobre las detencioens arbitrarias y acoso a los que a diario se exponen algunos creadores en la Isla.
A raíz del juicio que próximamente le harán a Luis Manuel Otero Alcántara, a quien supuestamente por esa causa no le han dejado salir del país a eventos internacionales en sus últimos intentos, Fusco llama la atención al resto de los artistas para que se solidaricen con el caso.
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"Como ya saben, Luis Manuel ha sido detenido arbitrariamente más de 20 veces en dos años, y esas desapariciones forzadas han durado hasta cuatro días. Las acusaciones de desacato y ultraje a los símbolos patrios relacionadas a los performances que él ha desarrollado en las calles de la Habana y las redes, son diseñadas no solamente para para aplastar su carrera artística, sino también para infundir miedo en la comunidad artística. Es una estrategia par domar a los creadores que ha funcionado muy bien en Cuba a lo largo de sesenta años", sostuvo.
Según expuso en su carta, no es la primera vez que el estado cubano maltrata y difama a un artista.
"Los cubanos conocen bien esta historia, aunque de las víctimas se hable poco dentro de la isla. La lista de carreras artísticas que han sido destruidas por los censores es larga. Pero también están los casos infames de artistas que no solo fueron censurados si no también atacados por la Seguridad del Estado, golpeados por la policía, interrogados durante horas, despojados de su membresía en la UNEAC y en la Asociación Hermanos Saíz, de sus licencias para vender su obra, y de sus propios hogares", apunta.
Fusco recuerda varios casos, como el del artista plástico JuanSí Gonzalez, de quien señala que fue hostigado en los años 80 por sus performances callejeros y su actitud contestataria y que en su última visita a Cuba fue amenazado por la Seguridad del Estado de nuevo.
Menciona además el caso de Angel Delgado, quien pasó seis meses en la cárcel en 1990 por haber hecho un performance escatológico sin autorización.
También cita a Danilo “El Sexto” Maldonado, quien estuvo en la cárcel por diez meses y sufrió amenazas de muerte que precipitó su partida definitiva porque hacía grafiti político en el espacio público.
Se refirió además a Tania Bruguera y su intento de performance en la Plaza de la Revolución en el 2015 y por el que fue retenida.
"Esas prácticas policíacas seguirán si los cubanos no hablan de ellas. El Decreto 349 refuerza el poder del estado para realizar impunemente estas acciones, pero el silencio general facilita la práctica porque hace que siga ocultada a simple vista. La única diferencia entre el pasado y el presente es que en los últimos dieciocho meses la comunidad artística en Cuba ha empezado a levantar su voz en contra de estas políticas represoras. Ha decidido hacer público su desacuerdo con el estado cubano. Ha mostrado que considera que la libertad de expresión y la definición de quién es un artista no deben ser manejadas y manipuladas por un gobierno", dijo la artista.
Por otra parte, Fusco sostiene que "el miedo que hace que la mayoría de los artistas cubanos guardan el silencio no ha desaparecido".
"Todos saben que hay muchos artistas e intelectuales que no quieren perjudicarse defendiendo a los que son blancos de las campañas de difamación de la oficialidad cubana", añade.
"Están los que tienen miedo de perder lo poquito que han conseguido, los que temen no poder viajar o regresar a Cuba si hablan. Están los que piensan que solo las figuras más cercanas al poder pueden salvar a los condenados, como fue el caso de Alicia Alonso cuando logró sacar algunos de sus bailarines de los campos de la UMAP. Y están los que insisten que no les gusta la política y que su arte no tiene que ver con las cuestiones cívicas y éticas", apunta.
Finalmente, Coco Fusco invita a reflexionar y decidir "si les conviene a los artistas cubanos que encarcelen a uno de ustedes. Y si les parece que no les conviene entonces tal vez podrán levantar la voz y denunciar el maltrato de Luis Manuel Otero Alcántara. Llegó la hora definitiva para hacerlo. Y si no lo hacen por lo menos reconozcan las implicaciones y las repercusiones de su silencio".
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